Valentina estuvo caminando de un lado a otro en la sala de estar durante más de una hora a la espera de su esposa. Había visto una maratón de dibujos animados con Cat antes de que la pequeña finalmente cayera rendida de sueño en el sofá, después de negarse a acostarse sin recibir un beso de buenas noches de su mamá. Juliana llevaba más de un mes trabajando hasta muy tarde en la noche y la castaña no podía estar más preocupada e incluso un poco frustrada después de hablar con su esposa para que disminuyera su carga de trabajo y ella no le hiciera caso en absoluto. No hizo caso de sus protestas y preocupaciones sobre su reciente estado de embarazo y cada día llegaba más y más tarde a casa.
Finalmente, tras una larga espera, sintió como la puerta principal se abría y Juliana entraba en casa cargada con muchas cosas. Un libro de diseños, piezas de ropa sin terminar, algunos rollos de tela, su cartera y una bolsa con algunos comestibles que Valentina le había pedido que comprara. Se acercó a su esposa y le ayudó a cargar todas las cosas dentro del apartamento, su cara expresaba toda la molestia y frustración que sentía en ese momento.
- Hola, mi amor - Juliana se acercó y besó los labios de su mujer, sin embargo, la respuesta no fue tan dulce y cálida como de costumbre. Supo al instante que Valentina estaba enojada con ella, pero en lugar de intentar hablar del tema continuó sacando los comestibles de la bolsa y colocándolos en el mostrador de la cocina. Lo que menos deseaba era enfrascarse en una discusión o tener un problema mayor a esa hora de la noche.
- ¿Todo bien? - la pelinegra lo intentó de nuevo.
- Tú dímelo, Juliana - respondió frunciendo el ceño y cruzándose de brazos.
- Amor... - pero fue interrumpida por Valentina.
- Ni siquiera intentes convencerme Juliana. Es casi la una de la madrugada y quieres hacer de cuenta que todo está normal, que nada ha sucedido - espetó la castaña con tono de molestia.
Ambas odiaban discutir y enojarse una con la otra, pero a veces era inevitable. A pesar de que para ellas la mayor parte de su tiempo como pareja había sido color de rosa desde que formalizaron su relación, la vida no solo se trata de amor, caricias y sexo todo el tiempo. Muchas veces habían discutido y la pelinegra prefería no recordar aquellos momentos porque no eran para nada agradables, era triste y doloroso estar enojada con su morrita.
- Val, perdón. Sé que estás enojada conmigo por esto, pero... - dijo tratando de explicarse.
- ¿Por esto? - Valentina tenía la cara roja y la lengua metida dentro de sus mejillas.
- Me encanta cuando haces eso con la lengua, me parece tan sexy - la pelinegra logró provocar una pequeña sonrisa en los labios de su esposa, pero la dulzura de sus palabras no fue suficiente para derrotar la ira feroz que se evidenciaba en los ojos de Valentina y parecía crecer segundo a segundo.
Valentina apoyó su cuerpo contra la puerta del refrigerador mientras miraba a Juliana moverse tratando de evitar la discusión. Se cruzó de brazos mirando profundamente a la morena y con mil cosas pasando por su cabeza.
- Val, no quiero discutir. Por favor, estoy cansada y seguramente tú también... - suplicó la morena.
- Tienes toda la razón, ¡estoy cansada! Pero parece que tú no lo estás. O sea, haz estado llegando a casa después de las once de la noche durante los últimos días... No creo que estés cansada en absoluto - dijo Valentina con un tono de voz desafiante que a Juliana no le gustó para nada.
La morena contó hasta diez en su mente para no decir algo estúpido que pudiera empeorar la situación. Sabía perfectamente que su esposa tenía razón porque ella no estaba descansando adecuadamente en su estado, pero lo menos que deseaba era ese tipo de conversaciones después de largas horas de trabajo.
ESTÁS LEYENDO
Baby Cat
FanficNarra la historia de la familia Carvajal Valdés, Juliana y Valentina como madres de una hermosa pequeña de cinco años: Cat. La pequeña es la mezcla perfecta de las características más bonitas de sus madres, la terquedad y fortaleza de Juls con la d...