—¡¡UNO!! —Grita eufórico el menor.
Había ganado. De nuevo.
—¡Eso es injusto! —reprocha el mayor—. Este es un juego tonto, no me gusta.
Se cruza de brazos y ladea la cabeza haciendo un pequeño berrinche luego de haber aventado las cartas que él aún poseía sobre sus manos.
Había aceptado jugar con el azabache porque no pudo negarse a su carita emocionada por poder compartir ese momento con él. Pero luego de haber perdido todas las partidas, le fastidió el dichoso juego, a parte que... ¡ni entendía muy bien! Por eso el chico ganaba.
—Oh vamos, Señor Kim. Sólo debe concentrarse. —inocentemente le dice, aunque sabe muy bien que su espíritu competitivo no le dejaría perder ante el mayor, pero verle haciendo un puchero, hacía que deseara dejarle ganar.
—No, ya no quiero. —serio dice y le mira amenazante—. Ese juego es estúpido. Ya no quiero jugar.
Estaban sentados en la cama, con sus cuerpos desnudos luego de haber tenido su encuentro de sexo después de esos días sin verse. Sólo una sábana tapaba lo suficiente sus partes, mientras que las cartas regadas les separaban. Frente a frente, TaeHyung al ver que no guardaba las mentadas cartas del infierno, posó sus manos a los costados, un poco atrás por su espalda y se inclinó hacia atrás mientras le miraba desafiante. Vio como el menor rodaba los ojos y obedecía a guardar el juego.
Había ganado. De nuevo.
Sus berrinches no fallaban.
Aunque le entristece un poco porque ya no podrá ver la hermosa sonrisa del muchacho, esa que hacen que las esquinas de sus ojitos se arruguen al igual que su nariz, mientras dos pequeños dientes de asoman de entre sus labios al estar emocionado. Ese gesto causaba cada vez que ganaba, y TaeHyung no podía apartar su mirada boba de esa imagen tierna del chico. Pero ya no quería seguir siendo un perdedor frente a él, aunque sea sólo un estúpido juego.
Sus mejillas se calentaron, eso era raro ya que no era la primera vez que lo miraba así, pero le hacía ser tímido el ver como el muchacho le tenía más confianza y ahora mostrara su cuerpo sin vergüenza. Y eso era lo que pasaba, el azabache se había puesto de pie luego de haber ordenado las cartas para proseguir a guardarlas en su mochila. Todo bajo la atenta mirada de TaeHyung que estaba disfrutando la vista, y es que, su cuerpo sin duda alguna lo encendía.
Cuando el muchacho volvió a la cama, sonrió. El mayor le miraba bobamente, sin repudio. Eso le agradaba, aunque también le avergonzaba un poco. Pudo presenciar la poca timidez que le mostró cuando se percató que lo había encontrado mirándole sin vergüenza alguna.
—Sabe... me gusta cuando me mira así. —le hace saber el menor con tono un poco bajo—. Hace sentirme confiado y que mi autoestima se eleve.
TaeHyung por algún motivo, se avergonzó por eso. No entendía, pero últimamente ese chico hacía que muchas emociones lo acompañaran. Pero no quería tampoco descubrirlas, le atemorizaba.
Ante el silencio del mayor, Jungkook se incomoda un poco, no es como que esperara algo tras decir eso, pero sin duda, tampoco ese silencio extraño. Así que recordando lo que sacó de su mochila y aún poseía en sus manos, se lo tendió al mayor.
—Tome. —le dice mientras le acerca el presente—. No es la gran cosa, pero... ¡Feliz cumpleaños, Señor Kim! Y feliz año nuevo.
Los ojos de TaeHyung se abren con sorpresa por el acto del chico. Toma la cajita entre sus manos y agradece por el acto.
—No sé si le gustará, pero deseo que lo abra cuando ya no esté yo, por favor. —vuelve a hablar el menor—. No sabía de su cumpleaños, pero ya sabe... en Internet todo se encuentra y..., bueno aunque ya pasó, no podía no darle algo, después de todo yo..., —negó con su cabeza al ver que estaba hablando de más—, sólo espero le guste, no es de gran valor, pero-
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El Elegido del Señor Kim |KookV|
FanfictionKim TaeHyung es CEO de una inmobiliaria reconocida en el país, el cual esconde sus preferencias sexuales por miedo al qué dirán. Lo que lo lleva a contratar hombres que satisfagan sus deseos primitivos. Es ahí donde hace aparición el universitario J...