Cerré la puerta, por fin en casa, me deshice de mis tacones y me deje caer en el sofá. Hoy había sido un día duro. Tenía una resaca monumental, un gran dolor de cabeza, mal humor, sueño, esos eran algunos de mis síntomas. La próxima tendría que buscar otra manera para consolarlo. Debo admitir que no me acuerdo muy bien de lo que paso al final de la noche. ¿Por dios cuanto bebimos? Lo que si se es que después de que Justin dijese “Cariño quita el “como” en tu frase, no necesitas a un hombre como yo, me puedes tener a mi” los dos caímos rendidos. Desperté en el suelo, con resaca, con frio y con sueño. Cuando desperté Justin ya se había ido, me había dejado el desayuno en la mesa y una nota “No sé qué paso anoche, después hablamos. Justin”Mientras estaba perdida en mis pensamientos, llego mi sexy boy. Bueno debo admitir que él se veía peor, tenía unas grandes ojeras, tenía cara de estar de mal humor. Se aflojo la corbata y se sentó en el sofá, justo a mi lado. Apoyo la cabeza en mis piernas y cerró los ojos.
-¿Qué paso ayer? – su tono de voz era frio
-Jackson se fue, tú te emborrachaste y lloraste, entre y intente que te animaras, como no dio resultado me senté a tu lado con otra botella, conclusión acabamos los dos borrachos. – dije mientras acariciaba su pelo
-¿Y paso algo más? - ¿Por qué me hablaba así?
-¿Algo más como qué?
-No te hagas la tonta, sabes a que me refiero
-No, no paso nada
-Buf menos mal – se levanto y se fue a la cocina.
-¿Enserio no te acuerdas de nada?
-Te parecera raro, pero solo me acuerdo de una cosa – en su rostro se dibujo una sonrisa, me levante del sofá y camine hacia donde estaba el, me puse frente a él.
-¿Bieber de que te acuerdas? – lo mire seria
-A ti sobre mí, diciéndome que me quieres en tu vida – dijo sobre mis labios
-Eso no fue exactamente así – me gire para que no pudiera ver el tono rojizo de mis mejillas.
-¿Qué pasa? ¿Que te arrepientes? – me abrazo por la cintura y apoyo su barbilla en mi hombro. Que mi.erda digo yo ahora… - pensé.
-Mírame princesita – me gire para quedar cara a cara - ¿Por qué te sonrojas? Va enserio dime, ¿te arrepientes?
-No – seguía con mi cabeza agachada
-No te oigo princesita, ¿te arrepientes?
-¡Que no!
-Perfecto
-¿Pefecto? – pregunte extrañada. No me dio tiempo a racionar, los labios de Bieber estaban sobre los míos, sus manos se colocaron en mi cintura, me presiona contra su cuerpo, sin hacerme daño. Mis manos pasaron de su pecho a su cuello, para que nuestros cuerpos quedaran más cerca. Nos separamos por la falta de aire, me detuve a mirar esos ojos miel, Justin pasó una mano a mi mejilla, mientras que con la otra me sujetaba con fuerza de la cintura.
-Sabes, yo tampoco me arrepiento de lo que dije
-Eres un cerdo, si que te acuerdas de todo – le di un suave golpe en el pecho y me separe de él haciéndome la ofendida.
-Vamos nena no te enfades – puso voz de niño pequeño y no pude evitar reírme haciendo que mi plan por pacer molesta se fuera por la borda. Comenzó a darme besos en el cuello.
-Para – no podía dejar de reír.
-No sé lo que me has hecho nena pero me tienes loco.
Nuestros labios volvieron a fundirse en un beso, nuestros labios se acoplaban a la perfección. Justin presiono mis labios con su lengua, pidiéndome paso, y yo no se lo negué.