Mordí mi labio inferior para evitar reírme. ¿Cómo este hombre podía ser tan tierno? ¿Sabéis la cara que ponen los niños pequeños cuando sus madres le dicen que no les van a comprar algo que quieren? Pues la cara de Justin era la misma.
-Ven aquí sexy boy –ya habíamos llegado a su moto.
-No venga vámonos, tengo sueño – su voz sonaba triste
-Que vengas Justin – lo cogí la chaqueta y lo acerque a mí, el no me miraba a la cara – mírame por favor…
-Que
- ¡Por fin me miraba a los ojos!- ¿Enserio crees que no siento nada por ti?
-Tú lo has dicho, has dicho que tienes que pensar.
-¿Y tú te lo has creído?
-No quiero hablar vámonos
-Justin por favor escúchame
-Te escucho, ¿Qué quieres decirme?
-¿Enserio no has notado desde el día que te conocí que cuando estoy a tu lado pierdo mi sentido común? Yo no siento mariposas en el estomago ¡Yo tengo el zoo en mi estomago cuando estoy a tu lado!
-¿Enserio? – coloco sus manos en mi cintura, una pequeña sonrisa comenzaba a aparecer en su cara
-No es mentira, es que estoy practicando para actriz – dije con sarcasmo - ¡Pues claro tonto! Ven aquí…
Esta vez fui yo la que beso sus labios, acerco muchísimo más nuestros cuerpos, nuestros labios se movía al compas, lentamente, disfrutando del beso. Rodee el cuello de Justin con mis manos. Justin presiono mis labios con su lengua. Me encantaba cuando hacia eso, era como para pedir permiso para juntar nuestras lenguas. Nuestras lenguas no tardaron en unirse. El aire comenzaba a faltarnos. ¿Por qué el aire tenía que estropear momentos así?
-Mañana vuelve Jackson – me dio un corto beso.
-¿A qué hora? – me apoyo en su moto y me volvió a besar.
-Al mediodía
-Supongo que por la mañana iré a ver a mi padre. ¿Puedo pedirte un favor?
-Claro princesa – me cogió de los muslos y me subió en su moto abrió un poco mis piernas y se coloco entre ellas, puse mis manos en sus hombros
-¿Me podrías llevar? – puse cara de niña buena
-Odio cuando pones esa cara, podrías pedirme matarme con esa cara y te dejaría, no la vuelvas a poner – intento parecer serio, pero no pudo evitar reírse a carcajadas
-¿Pero me llevaras?
-Ya te he dije que tengo que vigilar por si aparece tu príncipe a rescatarte.
-Y… ¿No podríamos hacer como la Bella y la Bestia? Al principio eres como el malo y luego te vuelves mi príncipe, ¿no?
-No, lo siento, me gusta ser mas el malo – puso su famosa cara de pervertido – pero en este cuento el final feriz será al lado de tu malote, no de un príncipe pijo.
-Si te digo la verdad a mí me gustan más los malos que los príncipes…
Mordí mi labio inferior y puse la misma mirada de pervertida que ponía el. Me agarro más de los muslos y tiro de mí para unir nuestros cuerpos. Un pequeño gemido salió de mis labios. Gracias a nuestra cercanía pude notar que Justin estaba feliz, demasiado feliz, y no solo por su sonrisa. ¿Sabéis a que me refiero no?