Mis parpados se cerraban lentamente a causa del sueño, las doce de la noche. Justin se durmió nada mas comenzó la película. Eso no es lo que me molesto, lo que me molesto fue que lo hiciera sobre mis piernas, haciendo que no pudiera moverme.
-Just – lo moví un poco para que se despertara – Just…Lo peor es que me entraron ganas de ir al baño, y Justin parecía estar en un sueño muy profundo.
-Cinco minutos más…
-Solo aparta, necesito ir al baño.
Cuando por fin conseguí que me dejara libre, corrí directa hacia al baño, mientras Justin se reía como un loco en el sofá. Al salir, Justin estaba en el sofá sentado frotándose sus ojitos como un niño pequeño.
-¿Te vienes a la cama princesita?
-No, me voy a mi cama, es que mi mama no me deja dormir con desconocidos – puse cara de niña pequeña.
-Pero tu mami no se enterara – la cara de pervertido que puso me dio miedo – tu me has provocado con ese j.odido pijama nena
-¿Ahora me echaras la culpa a mí? - coloque mis manos rodeando su cuello
-¿Y si aparece un extraterrestre o un zombi por tu ventana? No voy a poder defenderte si no estás a mi lado. Que lo sepas…
-¿Pero tú no eras el malo de la peli? A saber lo que me haces si duermo contigo…
-Oh nena eso suena muy mal que lo sepas
-Cerdo – le di un suave golpe en el pecho
-¡Eres mi chica y tienes que dormir conmigo porque si y punto! – se hizo el ofendido.
- ¿Bieber eso era una orden? – le dije alzando una ceja y cruzando mis brazos sobre mi pecho.
- No cariño, tan solo era una ¿sugerencia? Si eso… - dijo nervioso
-Ven aquí tonto.
Nuestros labios se rozaron en un movimiento lento, nuestras respiraciones se cocaban la una con la otra, mi cuerpo se rezaba con el de él, nuestras miradas se cruzaron, Justin apoyo su frente sobre la mía, y antes de unirnos en un tierno beso susurro sobre mis labios “Te quiero princesita”. Nuestros labios comenzaron a moverse el uno al copas del otro, nuestras lenguas no tardaron mucho en unirse, y sus manos acariciaban mi piel por debajo de mi camiseta, erizando poco a poco mi piel. Después de un millón de suplicas y que al finas se arrodillara, acepte dormir con él, solo con la condición de que fuera en mi cuarto. Nos metimos entre las sabanas y nos abrazamos como si solo fuéramos uno. Eran las dos de la madrugada en esa fría noche, los dos dormíamos como niños pequeños abrazados, pero un móvil hizo despertarnos. Justin se levanto de la cama y se dirigió hacia su cuarto. No pude evitar morder mi labio inferior al verlo con tan solo unos ajustados bóxers. Me acurruque entre las sabanas, sonreír como una tonta, las sabanas olían a él. Justin entro a la habitación colocándose unos jeans.
-¿Qué pasa Just?
-Nena vístete, tu padre ha tenido un accidente