INNOCENCIA
Como una simple estacada,
encharcaste él abrigo de mi corazón,
pues de ti yo no dudaba,
cuando asegurabas no llevar caparazón.
Cómo paloma blanca,
llegaste volando a mi vida,
y como cuervo,
despareciste sin despedida.
Ahora, cómo gotas de agua,
se deslizan tranquilas y solas,
todas aquellas lágrimas
por tu culpa y tus rimas.
Tu perpetuaste mi condena,
tu me amarraste a esta cadena,
tu declaraste mi sentencia
y tu acabarás con mi inocencia.