Capítulo 43.

558 74 27
                                    

Manzanilla

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Manzanilla.

Narrador Universal.

El día comenzaba, los hermosos y fuertes rayos del Sol entraban por la ventana cayendo justo en el rostro del omega. Quien se removió incómodo por ello, tratando de cubrirse lo más que pudo pero al final tuvo que despertar.

Su aroma se esparció por la habitación aún más, sintiendo la necesidad de tener esa calidez que tanto extrañaba, desesperado por eso bajó de la cama y rebuscó prendas de su alfa por todo el armario, cuando tuvo las que creía suficientes ignoro las que quedaron regadas y fue a la cama para acomodar las prendas que quería, puso unas pocas suyas, sonrió maravillado al terminar, metiéndose en medio de todas esas prendas, pero no, gimiteo triste al no notar ese aroma de su novio, sollozó removiendose para abrazarse a las prendas, pero no había nada..

Si un omega embarazado era realmente mimoso, caprichoso y demás durante su embarazo con su alfa, Emilio sufría mucho más ya que no tenía a su alfa para calmarlo, tampoco para mimarlo ni cumplir sus caprichos. Porque él odiaba no tener lo que el resto de omegas en cinta, tenían la atención de su alfa, sus cariñitos, su aroma, su calidez.. Y podían acurrucarse ambos en el nido creado por el omega.

Lloro todo lo que pudo, abrazando su hinchado vientre, deseaba despertar y que todo fuera un sueño, así al menos estaría con su alfa..

-- Oh mi amor.. Es tan hermoso. --Levantó su vista al escuchar su voz, sollozó al verlo parado en el marco de la puerta observando el desorden sobre la cama, mantas, prendas, peluches.. Había de todo allí, ante los ojos de ambos era precioso.

-- Alfa... Alfa. --Sollozo extendiendo sus brazos para que se acercara, Joaquín sonrió enternecido para a paso lento acercarse, como si tuviera la oportunidad de mover algo se subió a la cama con delicadeza, Emilio gimoteo al sentir la cama hundirse un poco, se abrazaron al estar juntos. Ninguno quería soltarse, Joaquín quería quedarse allí para siempre, pero sabía no lo tenía permitido. Abrazó a su omega besando su rostro, de ahí bajó a su vientre para besarlo, sonriendo fascinado cuando su cachorro pateo.

-- No nos dejes por favor.. --Murmuró tratando de aferrarse a él, Joaquín sonrió triste negando.

-- No puedo quedarme, amores.. --Extendió su mano para tomar la del otro, esa calidez.. Quería sentirla siempre. Su tacto era tan suave y delicado..

-- Por favor.. Te lo ruego alfa..

-- Perdóname mi amor.. Perdóname.. Siempre seremos destinados, aunque la Luna odiara que rechazaramos su petición. --Y basto un parpadeo para que se desvaneciera, los alaridos del omega eran horribles, pero fueron callados cuando la habitación se lleno de ese aroma, por fin volvieron a combinarse, la manzanilla envolvía al omega que pudo descansar de nuevo gracias a su aroma inundando la habitación, al menos tendría ese día de desesperación ganado, porque no sería el último.. Su omega necesitaba a su alfa con él. Pero era imposible.

Últimos Capítulos.
-8               

Mi Omega. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora