Capítulo 46.

561 76 54
                                    

Ojos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ojos.

Narra Emilio.

Me sentía cansado pero quería ver de nuevo a mi pequeño, traté de mantenerme despierto todo lo que pude pero me fue imposible, terminé quedándome profundamente dormido, aún pensando en lo que antes había ocurrido. No había sido un sueño.. ¿O si?

Cuando desperté abrí mis ojos con pesadez, estaba agotado y desconcertado, mi cuerpo estaba adolorido como si hubiera hecho ejercicio por horas, pero en verdad valdría la pena. Traté de acostumbrarme a la luz que entraba por la ventana, miré a mis lados notando un cunero cerca, con cuidado me senté en la cama para acercar el cunero mirando a mi pequeño allí.

-- Hola mi amor, soy yo.. Tu papá.. Bienvenido al mundo mi vida, mi precioso Lisandro.. --Acaricie su mejilla con suavidad, su carita aún se encontraba ligeramente rojita.-- Eres tan precioso.. ¿Sabes? Te estuve esperando mucho, mucho tiempo. --Mi pequeño tenía sus ojitos cerrados y movía un poco sus labios, juro que puedo morir de amor con tan sólo verlo.

-- Oh ya despertaste. --Me giré para ver quién había entrado, se trataba de mi madre con un arreglo floral precioso, me hizo sonreír al verlo sin saber el porqué.-- Esa cosita es muy tranquila, aunque no tardará en exigir comida cariño.

-- Ya lo imagino.. ¿Y eso? --Miré el arreglo con curiosidad, bostezando un poco.

-- Es de.... ¡Mariana!, en realidad han estado llegando muchos arreglos hijo. --Por alguna razón creí mentía, aún así me mantuve en silencio unos minutos.

-- ¿En dónde están?

-- Romina vino antes y ella los subió al carro para llevarlos a casa de una vez. --Se acercó a mi acariciando mis rizos con una sonrisa.-- ¿Cómo te sientes hijo?

-- Agotado.. Y adolorido. --Ella soltó una risa besando mi frente.

-- Es normal. ¿Estas listo?

-- No.. --Desvíe mi vista a mi cachorro quien se removió en el cunero, haciéndome sonreír.-- Pero por y para él lo estaré.. --No tardó en soltar chillidos comenzando a llorar, me acerqué para tomarlo entre mis brazos, mi madre se acercó para ayudarme a sostenerlo bien.

-- Así, sujeta su cabecita. --Asentí un tanto nervioso, sus manitas estaban en puño.-- ¿Te ayudo? Para que te acomodes la bata.

-- No, no. Está bien, yo puedo. --Lo sujete firmemente con una de mis manos mientras con la otra jalaba mi bata, mi madre me ayudó un poco aunque le dije que no la necesitaba, para al final acercarlo a mi pezón dejando que comenzara a succionar, hice una mueca soltando un leve quejido. Era raro y doloroso, pero soportable. Se relajó y movió un poco sus manitos, sonreí. Lo miré tranquilo, cualquier dolor había desaparecido..

Cuando acabó mi madre me pasó un trapito suave para limpiar su boca.

-- Debes sacarle el aire, bebé. --Asentí mirando a mi pequeño por unos minutos más, seguí las instrucciones de mi madre para apoyarlo en mi y sacarle el aire, cuando lo logre volví a acomodarlo entre mis brazos, y ahí miré sus ojos.. Eran de un tono muy claro, similar a la miel.

"Tiene tus ojos.." Pensé sonriendo, reteniendo mis lágrimas. No sabía se era tristeza o una alegría.. Pero al fin estaba mi pequeño conmigo, y eso era lo que más me importaba.

Últimos Capítulos.
-5

Mi Omega. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora