Capítulo 4: Indicado.

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La cuarta parte de la historia, espero que les guste.

De la nada, esa persona que a pesar de todo el tiempo haber convivido por largas horas de mi vida, estaba ahí, presente a unos cuantos centímetros de mi ser.

Aún no entiendo la razón por la que me solicitó hablar con ella, solo creo que, no, será algo importante.

—Entonces... ¿Por qué querías hablar conmigo, Ochaco?

Intento ser lo más serio posible, antes que nada, debo de decir que debo de actuar de esta forma por una sencilla razón, anteriormente, Ochaco, me trataba como un conejillo de indias en sus bromas, a lo largo del tiempo, pude saber contener mi ira sobre esas bromas al grado de solo, hacer una simple cara de póker.

—Hay una razón aparente, y sobre eso te cité.

La noto algo nerviosa.

—Lo diré así sencillo, es que...

—Midoriya, me llegó tu mensaje y gracias por esperar, podemos irnos.. Oh, ¿Interrumpo?

Era Yaoyorozu, que estaba de pie enfrente de la salida de la escuela, a pesar de eso, se acomodaba su uniforme a pesar de que han terminado las clases.

—No es nada.

Mi voz natural, creo que ayudó.

—¿Entonces, Ochaco? Te escucho, soy todo oídos.

Una buena sonrisa puede hacer que las personas puedan decir sus palabras.

—Creo que será para otra ocasión, me dí cuenta de último minuto que me esperan y llego tarde, ¡Nos vemos!

Me da un abrazo como siempre lo hace y se va de la escena, antes que eso, pude notar que Ochaco se quedó viendo a Yaoyorozu por unos segundos, quizás para que ambas no chocaran mientras pasaban, nada raro.

—Parece que no le agrado a Uraraka. —No creas, así es ella, cuando está en confianza es sociable, a veces incómoda a las personas si tienen mucha confianza.

No lo digo por mí, hay varios afectados. Mientras tanto, nos dirigimos a la cera, fuera de la escuela.

—¿Terminaste los encargos que tenías Yaoyorozu?

—Sí, todo listo.

—Te dije que te podría ayudar con esos papeles, somos los encargados de la clase.

—Nada de eso Midoriya, confío en mí misma y sé, que puedo hacerlo, además, que no era mucho trabajo. Sobre eso, tenemos que hacer los papeles de mañana sobre los chicos que están en riesgo desde el año pasado, sobre todo, los que llegaron de las otras aulas.

Debo de admitir, que la seriedad que tiene Yaoyorozu sobre estos temas, es sorprendente.

—Lo haré con gusto.

De pronto me llega un mensaje proveniente de mi madre.

—¿Sucede algo? Tu cara muestra desesperación.

Al momento de leerlo, puedo darme cuenta de algo, pasé por desapercibido de algo.

—La limosina de tu padre llegará en 3,2,1...

De pronto una limosina de lujo estaba enfrente de nosotros.

—Oh, ¿Para qué nos los enviaron?

—Nuestros padres, tantos los tuyos como los míos, nos quieren conocer Yaoyorozu, eso decía el mensaje.

De pronto el chófer de la limosina sale para abrirnos las puertas, por obvias razones, Yaoyorozu entra primero, además de que ella es dueña del vehículo.

Cartas de matrimonio. IzukuxOchaco IzukuxMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora