Capítulo 7: Verdades.

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Septima parte de esta historia, espero que les guste.

—¿De verdad quieres hacerlo antes de empezar nuestra cita en menos de 5 horas?

—Si, no aguanto las ganas de hacerlo, además así evitaremos algún conflicto que vaya a ocurrir en un futuro.

—Solo te pido que seas gentil.

—Lo seré, aún así, estarás presente tal como lo acordamos.

Había pasado una noche de lo que había ocurrido con anterioridad sobre nuestras confesiones y datos sobre nuestros pasados.

Así que pensé que sería más conveniente que para tener una mente más libre de preocupaciones, es necesario que logremos resolver el conflicto por el cual nuestras confesiones se resolvieron.

Hablar con Ochaco.

Es por ello que, mejor dicho, por mi parte, es mejor dejar en claro la situación, la situación que tanto a Momo como a mí nos situa.

—Es muy temprano para reunir a alguien, son las 8 de la mañana Momo, ¿No crees?

—Creo que es una hora genial para decirle a la chica que ya te deje de molestar.

—¿Estás celosa no?

—¡Claro que no!

—¿Entonces por qué esos pucheros?

Con un desvío de mirada y pasos acelerados, Momo se iba a su cuarto, debo de admitir que se veía linda.

Son las 7 de mañana, apenas acabo de levantarnos, y nuestro día se estaba preparando, no sé si después de hablar con Ochaco nos dará tiempo de regresar a casa o ir directamente a nuestra cita.

—Recuerda llevar los boletos y demás cosas, no volveremos a regresar.

Bueno, es más que claro que no regresaremos.

—Listo, le dejé a Ochaco un mensaje que a las 8 la veremos el parque que está a lado de un restaurante. Casual.

—Pero, ¿Por qué ahí?

—Ahí sirven unos waffles geniales, además de que están en mi horario así que premio doble. Pero eso es después de hablar con ella.

—Aún no entiendo por qué siendo tan amable y perspicaz con las cosas, eres raro en asuntos como esos.

—¿Raro yo? Lo dice la persona que tiene que tocar la puerta tres veces y repetir 3 veces el nombre a llamar. Shelly.

—Son costumbres mías, lo tuyo es algo inédito.

No sé por qué esa mini pelea hizo que la cama sonara.

Al final terminamos riendo.

Después de acomodar con nuestras cosas para salir, nos dirigimos al parque que no está tan lejos.

—¿Alguna cita en especial?

—¿¡Madre!?

Inko estaba en la entrada.

Espera, ¿Por qué estaba aquí?

—Quería saludar pero me encuentro con algo mucho mejor, que mi hijo y mi ahora hija Momo...

Momo se sonrojó y tosió un poco.

—... Esten caminando para ir a una cita.

—No preguntaré tu verdadera intención y no quiero perder el tiempo averiguandolo, se que no debo de darte explicaciones pero en realidad vamos a resolver un problema.

Cartas de matrimonio. IzukuxOchaco IzukuxMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora