Capítulo 3: Integración.

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Espero que les guste la siguiente parte.

Toda la noche dormí bien, pareciera que las cosas resultaron excelente, solo quiero enfocarme ahora en lo que haga gratificante mi vida. El día de ayer, sin duda, al principio fue algo raro y frustrado, pero después, todo había girado a mi favor, son como esos juegos que ayudan al chico a entrar a un mundo que dónde el chico, es el protagonista.

Es como si todo eso hubiera ocurrido. Dónde ahora la heroína de la serie, es Yaoyorozu. Pero, aún sigo dudando con mi antiguo romance no correspondido.

No sé por qué esto lo estoy pensando y aún no me he levantado de mi cama, lo mejor es que me tome una ducha y haga mi desayuno.

Luego de un cuarto de hora, salgo con mi uniforme y tomo mi delantal para no ensuciarme con nada.

—Buenos días Midoriya. —Escuché a Yaoyorozu desde lejos.

—Buenos días Yaoyorozu, ¿Qué tal el día?

No me había percatado que Yaoyorozu está en la cocina.

—El desayuno está listo.

—No quiero eso. —dije señalando la tortilla de huevo con vegetales.

Creo que había dicho que eso no lo podía comer, y me siento algo extraño por decírselo.

—Ah, eso no es para tí, aquí está tu desayuno. —decía detrás de la cocina, buscando un recipiente.

—¡Avena! —rápidamente me siento en la mesa. —¡Y no tiene sabor! ¡Esto es genial! ¡Felicítame al chef! —sigo comiendo y con el delantal puesto.

—Pero, solo es avena, no le veo nada especial...

Creo que sus palabras sonaron algo seco.

—No sé cómo supiste que este es mi desayuno.

—Tu madre me envió por correo antes de dormir que tú tenías, un horario de desayunos, comidas y cenas. Es raro que una persona tenga ya decidida que va comer en los próximos 15 años. —dandome un poco de agua y ella de igual forma empezando a comer.

—Es algo que ellos mismos me inculcaron y ahora no puedo despegarme de eso, ya se que es raro, aunque hay más cosas que me da pena decir.

Lo digo entre risas.

—¿Cómo tú horario del baño?

Creo que solté algo de avena por el susto.

—Puedo explicarlo.

Mientras tanto, no me había percatado que el inicio del día sería divertido, poder hablar de manera tan tranquila. Aunque cada vez que pasa eso, también el día de ayer...

Sonaba una especie de campanita en el departamento en ello, cada vez que hacíamos algo, comer, platicar y cosas así, sonaba, me pregunto que será.

—Estuvo bueno, pero, mira, ya tenía el delantal ya puesto, pensaba hacer el desayuno.

—Creía que sería un modo de devolver el favor de la cena de ayer que estuvo fantástico, pero luego supe de la avena, quería sorprenderte Midoriya, ¡Soy una buena cocinera!

Ella lo decía con el delantal en la mano y alzandóla.

—Mañana es día de pan tostado con leche, así que intenta algo mejor que eso, no me harás comer otra cosa. —le guiñaba el ojo. —pero hay excepciones en el año, ahí está en el horario, si un día quieres, lo recibiré con todo gusto.

Luego de eso, una pequeña risilla estaba entre los dos.

—Vaya, el tiempo si que vuela, ¿Nos vamos?

Ella respondía que sí.

Después de buscar nuestras pertenencias, era el día siguiente de ese capítulo de nuestras vidas. Cuando al final de todo, salir a la calle, veo a los lejos que varias parejas vienen juntas, y varios grupos, los peatones saben que aquella escuela practican este tipo de relaciones y se la pasan murmurando.

—Esa pareja de rubios si que se ven enojados.

Eso alcanzaba a escuchar.

Debo de decir que cada vez que pasamos entre algunas personas, ellos solo sonreían con nosotros, ¿Será bueno o malo?

En fin, faltan un cuarto de hora para que las clases comiencen, ya estamos en nuestros salones, creo que saltar nuestras cosas de casilleros no sea producto de importancia, sólo que ahora como saben que somos parejas, nos mandaron a permanecer lo más junto posible.

—Tengo esto para tí.

—Gracias Kyoka. —recibía un folleto Yaoyorozu. Creo que no debería tomarle importancia.

Ahora que lo entiendo, no sabía que aquella chica que se juntaba a mi lado derecho sería esa persona. En fin...

—Que tengas un excelente día.

—Igualmente.

Creo que nos llevamos bien, eso espero.

Luego de eso, me entero que mi compañera como presidente o representante de la clase era ni más ni menos que Yaoyorozu, lo veía venir, pero entiendo la situación.

El día pasó como cualquier otro, en este caso, nosotros podemos integrarnos a un club escolar pero son más obligatorios para los de primer y segundo grado, los que están en tercero, al tener menos tiempo, por pareja feliz, quedan abstentos a esta regla. Pero también pueden integrarse a un club, pero es más recomendable a no estarlo.

Estaba en el club de física, no, no de educación física, física, más bien, era de física teórica.

Ya me disponía a salir a tomar un poco de aire, pero me encuentro a...

—Izuku, quiero hablar contigo.

Ochaco.

—¿Qué sucede? ¿Quieres hablar de algo? —siempre me busca para ayudarla a resolver algún problema o algo en especial.

Sólo, pienso que ahora será diferente.

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Cartas de matrimonio. IzukuxOchaco IzukuxMomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora