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Estábamos con Hagrid en un callejón... diagonal ?, comprando varitas. Aunque todo este mundo mágico me parecía extraño, no tenía opción más que seguir. Olivander, según Hagrid, nos atendió; yo fui la primera en elegir una varita, afortunadamente la correcta, mientras Harry causaba estragos con cada elección incorrecta.

—Susan, ¿por qué no vas a comprar tu túnica? Solo ten cuidado, es la tienda de la derecha —dijo Hagrid mientras recogía lo que Harry había tirado.

Asentí y salí de ahí. Entré a una tienda de túnicas, elegí la mía y me la puse. Al salir, vi a Hagrid y a Harry en una tienda de libros, así que los seguí.

—Ah, estás aquí, Susan. Vamos, iré por sus libros, esperen un momento aquí —dijo Hagrid antes de marcharse a unas estanterías.

Vi un libro a lo lejos.

—Woow... Harry, iré a esa estantería —dije alejándome.

—Ten cuidado, Susan —gritó Harry, pero seguí caminando.

Al tomar el libro, alguien me chocó.

—Deberías ver por dónde caminas —dije, sobándome la cabeza.

—Lo siento, soy Blaise. ¿Y tú, linda? —dijo el joven extendiendo su mano, pero reí y no respondí.

No me gusta hablar con desconocidos, menos si son niños que quieren llamar mi atención desde el primer momento.

—Soy Susan, no me gustan ese tipo de halagos —dije, y me fui hacia Harry.

Hagrid se acercó.

—Vamos a la última tienda, niños —dijo el gigante, y lo seguimos. Harry fue por sus cosas, y yo me distraje de nuevo.

Caminé por la tienda de animales con mi túnica puesta y sentí cómo me tomaban del brazo.

—Ginny, mamá dice que no perdamos tiempo. Además, ¿por qué tienes una túni—?

Me descubrió la cara, y su habla se detuvo en seco.

—Disculpa, ¿no soy Ginny? —respondí, volviendo a colocar mi túnica.

—Merlín, creí que eras Ginny. Estaba distraído... ya me voy —dijo el chico rojo como fresa, corrió avergonzado y luego se regresó muy tímido.

—Ah, y perdón por confundirme... —asentí, y me miró con curiosidad.

—¿Vas a Hogwarts? ¿Cómo te llamas? —preguntó.

—Soy Susan Potter, y tú... ¿Ronald...? —dije completando.

—¿Qué? ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Y Potter? ¿Hermana del niño que sobrevivió? ¿Tiene una? —preguntó, sorprendido.

—Primero que nada, tu pantalón tejido dice lo que parece ser tu nombre, y segundo, sí, la tiene, y la estás viendo —dije directamente.

Se miró el pantalón y luego dijo.

—Claro, ya lo sabía —dijo, riendo a mi segundo comentario.

Reí un poco y me di la vuelta sin decir nada más. Poco después me encontré con mi hermano y Hagrid.

—Ahora sí podemos irnos, niños. ¿Qué tal te fue, Susan? ¿Todo bien? —dijo Hagrid, y asentí sonriendo. Luego nos sacó de la tienda.

Harry estaba ocupado cuestionando a Hagrid sobre el mundo de la magia y nuestros padres. Todo el camino pensé en cómo hubiera sido nuestra vida si no hubieran muerto.

—De acuerdo, volveré el 1 de septiembre por ustedes. Alístense y prepárense porque la magia llegó a sus vidas. Les esperan muchas cosas. Su futuro es ahora —dijo el gigante con un discurso motivacional que me puso nerviosa, pues no conocía nada sobre magia.

—Adiós, Hagrid —dijo Harry al entrar a la casa de los Dursley.

—Te vemos ese día, Hagrid —dije yo, entrando también a la casa y subiendo al cuarto para evitar todo tipo de preguntas.

Lectoras, no me pregunten por qué rayos están de nuevo en esa casa, porque ni yo entendí a la peli, pues se salta esto.

 

 

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 Voz de oro ✨ 🐍~Draco Malfoy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora