CAPITULO 14

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George

Mi vista se alza abruptamente cuando la voz de Blake me sorprende, abro la boca para decir algo, pero las palabras no salen, no se si vieron el beso que le di a Ally, pero la forma en la que Reece tiene abiertos los ojos y el semblante desconcertado de Blake me lo confirman.

—Yo... No... ¿Ustedes?... — balbuceo como un idiota.

—¿Por qué?... Tu, la besaste

—Mierda — digo en un susurro y me aparto de la cama.

Reece me mira unos segundos, con las cejas ligeramente fruncidas y los labios apretados, conozco bien ese gesto, esta recordando algo. Paso una mano por mi cabello, se lo que recuerda, esa charla que tuvimos hace tiempo en su auto, cuando le dije lo que alguna vez sentí por Ally. Sus expresivos ojos verdes parecen entender algo que yo no y eso me frustra, Mira de reojo a Blake que aún no procesa lo acaba de ver y entonces decide intervenir.

—Vamos a bajarle la fiebre antes de que empeore y hay que llamar a un doctor— le dice a Blake quien me mira unos segundos antes de sacar su celular y salir de la habitación. Suspiro y paso mis manos por mi rostro.

—George... hay que mojar este paño con el agua y ponerla sobre su frente— señala las cosas que seguramente trajo.

—Si, si. Yo lo hago— asiente y me hace espacio para que pueda estar comodo.

—Hermano... no se como decirte esto, realmente ni siquiera se que decirte— se deja caer sobre el colchón y se sienta a un lado de Ally, acariciando su mano inconscientemente.

—No se si quiero tener esta conversación incomoda contigo o Blake

—¿Ella te gusta de verdad?— dice de repente Blake cuando entra. Muerdo mi labio inferior y sigo poniendo paños humedos sobre la frente de Ally.

—¿George?

—No lo sé

—La besas, pero no sabes si te gusta. Es entendible— dice el castaño con sarcasmo, suspira y me da una mirada apenada, se lo que viene. —George eres como mi hermano, pero Ally también lo es. La protegimos de todos y casi fallamos una vez...

—Llegamos a tiempo.— replico.

—Exacto, la hemos protegido de todos, no tenemos que protegerla de nosotros mismo.

—No hay nada que proteger, no voy a lastimarla si es lo que tratas de decir— mis amigos comparten una mirada y Reece continua hablando.

—Todos sabemos que ella estuvo enamorada de ti George— continua— sabes que es una chica risueña y soñadora, un beso podría cambiar todo para ella. Tal vez para nosotros un beso solo sea un contacto de bocas o saliva compartida, pero no para ella. Tu mejor que nadie sabe eso.

Aprieto mis labios en una linea, miro a la chica dormida y de nuevo a mis mejores amigos. Se lo que tratan de decir, la hemos protegido tanto de las personas que se acercan a ella que sin quererlo seré yo quien la lastime más que nadie, con actos como estos. Desde el beso que nos dimos en esta misma cama, no ha vuelto a pasar nada, aun recuerdo sus delicados labios contra los míos, mis manos en su cuerpo y las suyas desabotonando mi camisa.

Me recuerdo absorto de mis pensamientos, con la mente en blanco, solo eramos ella y yo, siendo dos chicos normales, explorando. Hasta que sus dedos tocaron mi torso desnudo y ella parecio recobrar la cordura. Sentí desconcierto cuando me aparto, rompiendo cualquier tipo de sensación, la realidad fue tan abrupta que no comprendí la situación hasta despues del segundo beso esa misma noche, hasta que estuve a solas en mi habitación y no dejaba de pensar en sus labios contra los míos.

UNA CANCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora