Second chance | Geraskier

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"Si pasas por el pueblo de nuevo, puedes buscarme, estaré encantado de escucharte hablar o cantar, lo que prefieras".

"La próxima vez te dedicaré una canción" prometió el bardo, a la vez que terminó la melodía.

El silencio que dejó su laúd fue reemplazado por las ruedas rodando sobre la nieve, sin embargo, Jaskier pudo escuchar perfectamente cómo, a lo lejos, venían varios caballos galopando en dirección contraria.

Se dio vuelta y prestó atención a la cima de la colina, donde pronto aparecieron tirando de un negro carruaje. Estaban desbocados por los latigazos que el cochero les daba, y el impulso de ir en bajada sólo daba un panorama peor.

"Ronald, ¿qué...?" murmuró, un poco asustado por lo que se les venía encima.

Sin mirarlo, el moreno contestó: "Tranquilo, me he topado antes con ellos, pasarán por al lado nuestro".

El bardo tragó saliva. Estaba bien entonces, conocía a Ronald desde hace casi un mes y el moreno nunca había hecho algo si no estaba seguro. Aún así... tenía la duda.

"¿Y si nos orillamos?" sugirió nervioso, la carreta estaba a mitad de camino y por fin logró verla bien. Era negra y estaba hecha de fierro, lo que sólo le daba más mala espina.

Ronald suspiró. "Blueyes, relájate" pidió, girándose un poco para ofrecerle una sonrisa. Inseguro, Jaskier sonrió de vuelta.

La carreta negra estaba cada vez más cerca, y el galope de los caballos hacía vibrar el suelo. Tragando saliva, Jaskier prefirió seguir viendo el lado contrario del camino, repitiéndose que todo estaría bien. Era mejor si intentaba no prestarle atención hasta que pasaran de largo.

Sin embargo, al mismo tiempo que el ruido se volvió demasiado fuerte, escuchó a Ronald gritar «¡Cuidado!». Se giró rápidamente, viéndolo saltar de la carreta, sin embargo, él no alcanzó a imitarlo. El impacto volvió su vista negra.

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"¡¿Son imbéciles?! ¡¿Cómo se les ocurre echarnos el carruaje encima?!".

"Medidas preventivas, es todo. Así evitamos la máxima resistencia posible".

"¡Es un bardo! ¡¿De qué resistencia estás hablando?!".

"¿Quieres callarte y tomar tu maldito dinero? Puedes largarte ahora".

Con dificultad, Jaskier abrió los ojos. Estaba sobre su estómago, el cuerpo le dolía al punto de no poder respirar con normalidad y, como si fuera poco, sus palmas habían sido atravesadas por una daga, una sobre la otra, extendidas enfrente de su cara.

Su vista estaba borrosa, pero pudo vislumbrar a unos metros de distancia a Ronald discutiendo con un hombre que no conocía.

"Jefe, ¿podemos irnos ya?" habló otro hombre, el bardo no lo había visto pues estaba detrás de él. No entendía qué demonios sucedía, ¿por qué le estaban dando dinero a Ronald? ¿Lo había vendido? ¿Por qué habían atravesado sus manos?

"Sí, súbanlo".

Cerró los ojos, el corazón le comenzó a latir desesperado mientras dos hombres lo levantaban y arrastraban sus pies. ¿A dónde lo llevarían? Geralt no estaba aquí para protegerlo esta vez, si se dejaba encerrar, nadie lo liberaría.

Sintiendo el cuerpo caliente de pronto, reunió todo su coraje para separar sus manos del cuchillo que las unía. Cuando tuvo una libre, aunque temblorosa, la usó para sacarse la daga.

"¡Está despierto!" vociferó el hombre que había discutido con Ronald, alertando a quienes lo sostenían. Sin embargo, antes de que pudieran hacerle algo apoyó bien sus pies sobre la nieve, usando el impulso para clavar el cuchillo en el pecho del tipo a su izquierda y sacarlo rápidamente.