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Jaskier había dejado una pequeña bellota sobre el hueco de un tronco, asegurándose de que fuera difícil para el brujo atinar en el blanco. Lambert bufó, pero tomó el reto y estiró con fuerza el arco. El viento de la nevada, sin embargo, fue lo suficientemente fuerte para hacer a la bellota caer, así que el bardo se quejó y le dijo a Lambert que esperara para ponerla de nuevo. Fue en ese momento que el ojiazul se puso en su camino. El brujo no tenía absoluto control de sus movimientos, por lo que, tratando de distender el arco, soltó la flecha e hirió a Jaskier.

Dejó caer el arma tan pronto lo vio caer de rodillas por el dolor, y en ese instante todo el alcohol se fue a algún recóndito lugar de su cuerpo. Podía oler la sangre del bardo, sabía que era suya aunque nunca antes la hubiera olido. Él había sentido la sangre de miles de monstruos y cientos de humanos, brujos también, pero la sangre de Jaskier era algo que definitivamente no quería oler, y menos por culpa suya.

No supo cuánto tiempo pasó hasta que Geralt se interpuso en su visión del bardo, pero no salió de su pánico hasta que sintió que alguien lo estaba sacudiendo bruscamente por los hombros. Era Eskel, diciéndole que se tranquilizase, que estaba bien. Entonces los sonidos de su alrededor volvieron lentamente y, entre ellos, escuchó claramente a Jaskier hablar. Sonaba adolorido, pero no como alguien al borde de la muerte.

"Geralt, en serio, mis entrañas están bien, yo estoy bien, sólo es un pequeño corte, ¿de acuerdo?" calmaba al brujo que lo sostenía con desesperación.

Dio un paso al frente, queriendo comprobar que aquellas palabras fueran ciertas, que no había llevado a una muerte inminente a la única persona que se dignó en hablar bien de los brujos, la única persona que lo miró con admiración cuando lo conoció.

Vio a Geralt romper su propia ropa para vendar el torso del ojiazul. Necesitaba saber qué tan malo era, así que dio otro paso, ignorando a Eskel a su lado diciéndole que se quedara ahí. Sin embargo, fue difícil ignorar el gruñido bestial que Geralt le envió cuando siguió avanzando, girándose con todos sus dientes hacia él y los ojos brillantes en ira.

"Lambert no tiene la culpa, yo me crucé, Geralt" murmuró el bardo de manera íntima y sincera, y Lambert quiso maldecir al pequeño pájaro por defenderlo en un momento como este.

"Lo siento" susurró tragando saliva, aún intentando ver la herida que había ocasionado. Sobre el hombro de Geralt, Jaskier se asomó para darle una mirada enternecida.

"Lambert, Geralt está exagerando, sólo fue un rasguño y fue mi culpa, ¿bien? Vamos a calmarnos todos" tranquilizó mirándolo como si estuviera jodidamente preocupado por él.

"Jaskier tiene razón, Geralt, tienes que calmarte" habló Eskel esta vez. Lambert sabía que no era para apoyarlo, sino para intentar evitar una pelea sangrienta entre ellos. Geralt apestaba a ira y estaba cegado por el instinto protector de un lobo, y eso era una muy, muy mala combinación.

Inhaló profundamente. La sangre de Jaskier seguía presente en el aire, pero el olor estaba disminuyendo, seguramente la herida habiendo coagulado. Dejó caer la tensión en sus hombros, eso confirmaba que sus entrañas estaban bien, así que suspiró aliviado, aunque no sintiéndose menos culpable, pero lo suficiente como para optar por alejarse de la pareja hasta que Geralt se calmara. Luego, se disculparía apropiadamente.

◈◈◈

"¿Cómo te sientes?" murmuró el brujo, mirándolo con sus dorados ojos preocupados. Jaskier sonrió enternecido, pero una parte de él se sintió culpable, debía decirle a Geralt lo que la hechicera le advirtió.

"Geralt, de verdad estoy bien, sólo fue un corte" tranquilizó, apretando el hombro del brujo.

"¿Por qué hueles a culpa?" frunció el ceño. El bardo tragó saliva. "Esto no fue tu culpa, Jaskier, Lambert se emborrachó y te jodidamente disparó" gruñó, mirándolo fijamente. Jaskier casi suspiró de alivio, pero no podía dejar que la culpa recayera en el otro brujo.

Second chance | GeraskierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora