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Ver a Jaskier con los labios morados y la piel pálida, hizo que a Geralt le costara enormemente guardar la compostura, pero el ojiazul le hablaba, sonriendo emocionado y acurrucado en la seguridad de Roach, y eso fue suficiente para mantenerlo tranquilo.

Hizo una fogata en cuestión de segundos y pronto se posicionó entre la yegua y el bardo, sentado con la espalda del ojiazul pegada a su pecho y rodeándolo con brazos y manos por debajo de la ropa, brindándole el calor de su cuerpo. Jaskier se acurrucó contra él, suspirando feliz y restregándose contra su cuello. Él sonreía a cambio, calmado y complacido de mantenerlo a salvo.

Jaskier lo había sorprendido cuando disparó a una guerrera kikimora que no había visto y, aunque en ese momento el corazón se le atascó en la garganta, ahora estaba agradecido de que muy probablemente le había salvado la vida. Sin embargo, lo que no entendía es por qué, debajo de toda la alegría, el bardo olía levemente a tristeza.

Estuvo a punto de preguntar, pero Jaskier lo interrumpió juntando sus labios con ternura, sonriéndole y casi diciéndole con su mirada que no se preocupara.

"Hm..." soltó en un suspiro de incertidumbre, pero optó por no insistir. Lo que fuera que estuviera molestando al bardo probablemente se lo diría a su tiempo.

◈◈◈


Durante la cena, Lambert fue el primero en retirarse. Geralt había dicho que patrullaría esta noche, por lo que Jaskier estaría solo y probablemente no habría comido nada, así que tomó un plato y, llenándolo con todo lo que encontró, subió hasta su habitación para dejárselo.

Sin embargo, al estar más cerca no oyó los latidos de Jaskier, sino los del brujo a quien nunca le daría la espalda, y olía a sangre. Frunciendo el ceño, aceleró sus pasos y al llegar abrió la puerta de par en par, entrando y dejando el plato a un lado.

"¿Qué estás...?" comenzó, pero se quedó de piedra cuando vio una de las gallinas de Jaskier colgando inerte en la mano del brujo, quien también sostenía un cuchillo ensangrentado.

"¿No es obvio? Buscando comida" respondió con una sonrisa, acercándose para intentar pasar por su lado. Sin embargo, Lambert atajó con fuerza su brazo, conteniendo su deseo de quebrarlo.

"Esa gallina... sabías que no podías tocarla" gruñó entre dientes. No obtuvo respuesta, y se preguntó cómo mierda le explicaría esto a Jaskier. "Hay un puto festín allá abajo, devuélvemela" ordenó mirándolo fijamente a los ojos. Clovis sonrió con tranquilidad y, encogiéndose de hombros, la empujó contra su pecho. Lambert tomó a la gallina entre sus manos, intentando ser la mitad de delicado que el bardo era.

Apoyándose relajadamente en el umbral de la puerta, el pelirrojo sacó el plato que él había traído y comenzó a comer: "Un cambio equivalente" dijo guiñándole el ojo. "Oh, esto se pondrá interesante".

Lambert frunció el ceño, pero pronto se dio cuenta de a qué se refería. El olor a manzanilla llegó a sus sentidos, Jaskier y Geralt estaban cerca, probablemente subiendo las escaleras. Aturdido, miró la gallina en sus manos sin saber qué hacer con ella, pero era muy tarde para esconderla, pues Clovis comenzó con su teatro.

"¡Bardo! ¡Ahí estás! Lo siento mucho, ¡intenté detenerlo pero cuando llegué ya era tarde!" exclamó poniendo su mejor cara de tristeza y, unos segundos después, Jaskier apareció en la puerta, quedándose estático mientras lo miraba.

El corazón se le detuvo al mismo tiempo que el de Jaskier comenzaba a latir más rápido, y maldijo por lo bajo, deseando matar a Clovis allí mismo.

Second chance | GeraskierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora