Han pasado 4 meses desde entonces. Estos han sido los mejores días de mi vida. Antes de que pudiera darme cuenta, mi rutina había cambiado, ahora estaban incluidos en ella. Ethan, William, Natalia... ¡son tan agradables!
He encontrado tantas cosas en las que somos similares. Ellos nunca se llevaron muy bien con sus parientes, los cuales siempre están viajando y no se ocupan de ellos, así que al igual que yo, Natalia y Ethan, se encargan de las tareas de casa, aunque se la pasan siempre en la residencia Grannt, donde el rubio tiene a mucho personal a su servicio, jaja, él sí tiene vida fácil.
Me gusta cuando salgo con cada uno de ellos y en colectivo. Natalia me ha invitado a jugar videojuegos a la casa que comparte con Ethan varias veces. Es demasiado buena en ellos, siempre me gana, pero es muy divertido. William me ha hablado de temas muy curiosos que nunca antes pensé tener interés en ellos, como la astrología y la botánica. Ambos filosofamos de las rarezas de este universo. Ethan me recomendó muchos libros excelentes; pasamos horas y horas chateando sobre ellos: teorías, predicciones, críticas. Yo también he compartido mi gusto por la cocina y los tres tomaron un interés increíble, me han hecho todo tipo de interrogantes.
¿Sabes cocinar esto? ¿Sabes cocinar aquello? ¿Cuántas especias conoces? Son muy preguntones, al igual que yo. Eso me tranquiliza siempre. Ya no me siento tan lejano.
Justo ahora camino desde la estación hasta mi casa, tras haber pasado por mi trabajo a tiempo parcial en una cafetería donde ayudo en la cocina. Como me hicieron la visita ahí y probaron mi comida no paro de pensar en su expresión de gusto. Estaban encantados con lo que les preparé. ¡Eso me alegró tanto! Nada podría arruinar mi día...
Escucho un ruido tras de mí. Me volteo, pero no encuentro nada sospechoso. Ya estaba oscureciendo y aún no habían prendido las luces de las calles. Continúo mi caminata y al poco tiempo escucho más sonidos. Eran gruñidos incoherentes de una persona, como si tratara de hablar. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. ¿Qué era eso? ¿Algún loco?
Faltaban pocas calles para llegar a mi meta, y el ruido persistía. Definitivamente me estaba persiguiendo. Tenía miedo. Apresuré mi ritmo y unos fuertes pasos se escuchaban a mis espaldas.
No me voltearé. Me dije. Si lo hago, me atrapará.
Pude percibir que me lanzaban un objeto, el cual rozó mi mejilla y la cortó. Era un pedazo de vidrio. ¿En serio? ¿¡Qué rayos!?
Tan solo faltaba doblar la esquina, donde planeaba perderlo. Había ganado una buena distancia, así que, a paso ligero entré a mi casa y nervioso cierro la puerta, tratando de no hacer ruido, para que no me detectara. Suelto un suspiro que no sabía que estaba reteniendo. Ahora estaba aliviado, relajado. No sé qué demonios fue eso, pero no sonaba inofensivo.
Rápidamente, tomo el teléfono y llamo a la policía. Les informo de mi accidente. Un hombre loco andaba suelto por mi vecindario, me había perseguido y me había atacado. Ellos me dijeron que investigarían al respecto, a lo cual agradecí mucho.
Aun así, era extraño. Todo estaba tan tranquilo, sentía que algo faltaba. Y allí lo noté.
Mi padre no estaba.
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ᎻᵘⁿᵍᵉᎡ
Mystery / ThrillerSi hay algo que definía a Matthew como persona era su amor por la cocina y su curiosidad. Siempre ansioso por saciar su hambre de dudas con respuestas. Y, ¿qué es lo que le causaba mayor curiosidad? Ellos tres: aquellos a los que llamaban "Los tres...