ℂ𝕒𝕝𝕚𝕕𝕖𝕫

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-Estúpido Matthew. - Dijo con la voz raspada - ¿¡Cómo te has atrevido a ignorarme estos días!?-

- ¿Viejo? -

¿Mi padre desaparecido fue quien me estuvo atacando? ¿El cobarde este? Eso explica por qué se asustó ayer cuando contrataqué.

- ¡Quítate! ¡Suéltame! ¿Crees que te voy a ayudar después de que me hayas agredido así? - le grité mientras trataba de golpearlo con mi otro pie.

-Serás malagradecido. - Tosió un poco -Tu padre está en peligro y tú lo ignoras y me cierras la puerta en la cara. Necesito que me escondas. Yo lo vi. -

¿Qué rayos dice el borracho este?

-Grr... Emborracharme... no pude evitarlo...- su rostro expresaba temor -Tuve que tomar hasta desmayarme para olvidar lo que vi... pero, al despertar, su recuerdo se hizo más fuerte... y me perseguía- tosía varias veces, otras, apenas lograba entender que decía -Necesito que me protejas... él debe saber que yo lo vi. Que yo lo vi. Que yo lo vi. Que yo lo vi. Que yo lo vi. Que yo lo vi. Que yo lo vi. -

Se volvió loco. Está loco.

- ¡Y está más cerca de lo que crees! -

Con un golpe seco, cesó su habla. Un golpe que lo dejó aturdido y que no sabía de donde había venido. Alcé mi vista y mis ojos presenciaron una escena que cualquiera podría considerar aterrorizante, pero para mí fue solo el rostro de mi salvación.

-Así que tú eres el cabrón que estaba asustando a mi amigo. - Sus ojos violetas brillaban de ira, su expresión era indescriptible.

El bate en su mano fue alzado por segunda vez e impactó el piso con fuerza, aunque su objetivo era mi atacante, este esquivó el golpe, separándose de mi pierna en el intento. Pateé con velocidad a ese estúpido y me miró con odio. Iba a abalanzarse sobre mí, pero Ethan golpeó su mano. Gritó del dolor, alejándose de la escena con dificultad. Mi salvador trató de perseguirlo, pero yo se lo impedí, aguantándolo por su espalda con esfuerzo.

- ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Se va a escapar ese hijo de puta! - protestó

-Está bien. Ya sé quién es, será fácil encontrarlo. - Dije

- ¡Pero, aun así-! -

-Es mi padre, Ethan. - Confesé

Al oír esto me miró sorprendido y comenzó a calmarse. Yo también aflojé mi aguante.

- ¡Ethannnn! ¡No salgas así, es peligroso! - gritaba William desde la distancia, quien estaba corriendo agitado y Natalia atrás de él solo caminaba.

El mencionado los miró en silencio. William por fin llegó a nosotros y antes de decir nada, descansó un poco. Respiraba entrecortadamente, él nunca fue alguien atlético y ahora que estaba resfriado, era peor.

-Ya le di una paliza a ese idiota. - Dijo el pelinegro

- ¿¡Eh!?- exclamó sorprendido el rubio

-Sabía que lo haría. Por eso ni me esforcé en detenerlo. - Habló la pelirroja -Él no podía quedarse quieto, salió corriendo de casa con un bate diciendo que te ayudaría, William trató de detenerlo, pero no es tan rápido. -

-Natalia, te pedí que lo alcanzaras por mí. - Sollozó el chico de orbes verdes -Eres mala. -

-Lo siento. - Se disculpó, dándole palmaditas en la espalda. - ¿Y bien? ¿Dónde está? -

-Bueno, resulta que...-

-Es su padre. - Ethan terminó mi frase.

Natalia y William reaccionaron igual de sorprendidos. Al momento los tres me abrazaron.

-No te preocupes, no permitiremos que vuelva a tocarte. - me calmó el rubio

-Estaremos contigo, ¿ok? - la chica me dijo con cariño

-Ese bastardo pagará por maltratarte de esta forma. - terminó Ethan

-Chicos... gracias...-

Caí en realización. El maldito de mi padre se había vuelto loco. Me había atacado. A pesar que nunca lo consideré familia, él nunca me provocó miedo. Ahora le temía. Pero al tener a los chicos conmigo... Con ellos estaba tan relajado.

Lágrimas salieron de mis ojos. Su abrazo era muy cómodo, a pesar de que me costaba respirar. Natalia me dio un pequeño beso en la mejilla, William me dio su hombro para llorar y Ethan acarició mi pelo.

-Gracias...-

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ᎻᵘⁿᵍᵉᎡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora