𝔻𝕖𝕕𝕦𝕔𝕔𝕚𝕠́𝕟

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-Pero esto está...- hice una pausa para comer otro bocado. - ¡Esto está delicioso! - exclamé comiendo tanto como podía

-Que modesto, Matthew. - Me dijo Ethan con sarcasmo y riéndose

-No, en serio. Esto es carne de primera calidad, William. Ser rico es muy cool.- Dije entre bocado y bocado, él solo sonrió incómodo

-A-ah, no me halagues tanto, qué vergüenza. Además, tú eres quien cocinó. -

-Sí, 4to. ¡Eres todo un genio! - dijo la pelirroja, comiendo como toda una salvaje

Los cuatro comimos conversando sobre cosas triviales. Ellos no paraban de sonreír. Me hace feliz provocarle esa reacción. Una vez que terminamos, los platos fueron llevados a la cocina para ser fregados.

-Wow, qué lleno estoy...- me quejé, aunque estaba satisfecho

-Yo también...- concordó la chica pelirroja

-Ustedes no tienen remedio. - Resopló Ethan

-Debo admitir que yo también comí demasiado. - El rubio agregó

-Uff, me duele un poco la cabeza. - Dije

-Al final del pasillo hay un baño. Ahí hay un botiquín con pastillas. - Me indicó Vincent

-Gracias. -

De repente me había dado un mareo extraño. ¡Qué poco ni qué nada! Tenía una jaqueca bien fuerte. Me tambaleaba de un lado a otro mientras caminaba hacia el baño. Cuando llegué lavé mi cara con agua fría. Rebusqué en el botiquín por unas pastillas y al encontrarlas las tomé sin ayuda de un líquido.

Al salir, noto una puerta abierta. Me asomo un poco, desgraciadamente, soy curioso. Era una especie de oficina o estudio. Estaba a oscuras y todo se veía desorganizado. Tenía varios papeles colgados en un mural, en el piso, carpetas. Me acerqué al escritorio. Había varios archivos. Abrí el primero.

-Raymond Lewis. Heredero de la familia Lewis. Joven talentoso que llegó alto a través de su gran inteligencia. -

Este nombre... lo he visto en algún lado. Sigo leyendo y mi sorpresa aumenta.

-Usando su poder psicológico aplastó a otros estudiantes, maltratándolos y humillándolos. Muchos optaron por el suicidio, pues no podían soportar sus agresiones. Esta es la verdad oculta en una red de mentiras. El dinero y el poder silenciaron este crimen todo el tiempo. -

Paso al siguiente archivo. Luego al otro. Y al otro. Todos poseían nombres que había visto antes. Todos nombres de adolescentes famosos e importantes. Hablaban de sus familias y de sus "logros", para luego desmentirlos y afirmar la crueldad e inhumanidad que se escondía tras de ellos. Me parecía raro. ¿Por qué William tenía esto? Tomo el último archivo.

-Silven Junior. Heredero del centro de investigación Silver Life. Sus científicos han llevado a cabo descubrimientos impresionantes y es la base de muchas instituciones médicas. -

Pero... si Silver Life quebró hace 3 años... Continúo leyendo.

-Sin embargo, esta era solo la fachada de una organización aterradora. Poseía un orfanato propio. Los niños eran utilizados como sujetos de experimentación. Su último descubrimiento fue un éxito. Descubrieron una forma de aumentar la capacidad cerebral de un ser humano, volviéndolo más inteligente. Sin embargo, para ello debía promocionarle una dosis cada 2 meses de...-

Detengo mi lectura.

Todo encajaba. Todo cuadraba. Todo vino a mi mente. Con solo unas palabras, no necesitaba seguir leyendo. Lo había deducido todo. ¿Cómo lo había hecho? ¿Qué había deducido?

Había deducido la verdad. Y la verdad es la razón por la que pude deducirla.

Pero, no podía ser, ¿verdad?

Digo... NO podía ser, ¿VERDAD?

Camino despacio hasta la sala. Los tres me esperaban serios. Ya sabían. Mi cara lo decía todo. Sabían que lo sabía.

-Hey, chicos...- mi voz sonó desesperada, ansiosa, nerviosa. - ¿Puedo hacer una pregunta? -

-Por supuesto. Cualquiera. - Contestó William, su voz nunca antes tan firme.

Dudé, dudé.

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ᎻᵘⁿᵍᵉᎡDonde viven las historias. Descúbrelo ahora