Kahé

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Aceptar por compromiso y por pena esa invitación fue más de lo que su cuerpo pudo soportar. Su cabeza dolía demasiado y ni siquiera le estaba prestando atención a las palabras de su hermana, que seguramente estaba feliz por presentarlos formalmente. Entonces, si realmente era la primera vez, ¿por qué sentía que eso ya lo había vivido?

Con todas esas sensaciones era muy difícil decidir que era lo que había sucedido originalmente. Los recuerdos de sus vidas posteriores no parecían tan confiables, incluso esa vida no parecía serlo.

Tal vez, todo lo que ha sucedido fue producto del estado de coma en que fue inducida. No era descabellado pensar que todo fue producto de su imaginación, eso explicaba muchas cosas incongruentes que han sucedido antes de despertar del coma. Para empezar, es físicamente imposible viajar en el tiempo para cambiar los acontecimientos, eso ni siquiera era una película. Ahora peor poder volver en el tiempo una y otra vez, o aun, pero poder viajar entre mundo paralelos.

Ella, que había sido una persona que confiaba firmemente en la ciencia se había dejado arrastrar a un fantasía creada por su cerebro.

«Debo dejar la paranoia...»

«Solo hay una realidad»

Movió su cabeza, dándose la razón una y otra vez antes de respirar profundo. Si de algo estaba segura es que debía vivir su vida con tranquilidad, lejos de cualquier dosis innecesaria de estrés.

Bueno, todo parecía muy bien hasta que llegaron al restaurante.

Alessia se adelantó hasta llegar a la mesa donde los esperaba Damián, ambos se abrazaron como si no se hubieran visto en días y no estaba lejos de la realidad ya que ella había tomado todo el tiempo de Alessia.

Dudó en acercarse, aunque al final apareció junto a ellos, dejando las muletas a un lado y se sentó en silencio apa evitar interrumpir el beso que se estaban dando. Era vergonzoso estar presente en demostraciones de amor.

Aunque, su corazón se sentía intranquilo. Por más que haya deseado enfocarse en el realismo de la situación, la realidad era que no podía evitar recordar esas alucinaciones, el dolor de ser torturada por el hombre que su hermana estaba besando y abrazando.

«Dios...esto es la peor tortura»

En una situación normal seguramente estuviera cohibida y evitando mirarlos, pero ahora estaba temblando de miedo por un sueño que tuvo mientras estaba en coma. Por cosas irreales. Ella era más inteligente que eso, respiró profundo y analizó la situación y como debía proceder. Esbozó una sonrisa con toda la premeditación de tomar el control de la situación.

Ciertamente eran un par de cursis con tanto beso y caricia que daba un poco de dolor de estómago. Intentó contener su expresión de nauseas y sin querer, una risa nerviosa escapó de sus labios.

Ambos se separaron y vieron a Sonia, realmente era algo incómodo de ver.

—Lo siento...—murmuró Alessia entre pequeñas risas—. Cariño...Te presento a mi hermana mayor, Sonia.

Damián se acercó a tomar su mano y la apretó un poco. Un saludo formal y respetuoso acompañado de una cálida sonrisa. Eso pintaba bien.

—Es un gusto conocerte, he escuchado tanto de ti que siento que ya te conozco—tomó la iniciativa cordialmente—. Lamento ser tan efusivo, pero realmente he extrañado a Ale.

—El gusto es mío—dijo amable—. Además, me alegro poder reunirlos... siento que he sido la causante de su distanciamiento, pero pronto estará juntos por mucho tiempo...La separación solo hizo que el reencuentro fuera más dulce.

La lycoris que nació esa tarde de diciembreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora