• Día 5 •

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Como el extravagante nerd que era, estudiar se trataba de una de las actividades favoritas de Midoriya

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Como el extravagante nerd que era, estudiar se trataba de una de las actividades favoritas de Midoriya.

Si bien él no era del tipo de pegar el trasero a la silla como lo hacía su compañero de clase, Iida Tenya, sí que era del tipo estudioso que quería aprenderlo todo.

Porque aquella debía ser la palabra correcta para Midoriya: aprender.

A Midoriya le fascinaba aprender algo nuevo y almacenarlo en alguna parte de su cerebro. ¡El conocimiento siempre venía a mano, tarde o temprano!

Estudiar y aprender eran una de las tantas maravillas de las que los humanos podían regodearse por encima de todas las otras criaturas que caminaban sobre el planeta.

—Podríamos ir por un café —comentó Todoroki durante una tarde después de las pasantías en la agencia de su padre, el héroe Endeavor—. Me gusta el café con mucha azúcar y con espuma. Y acompañarlo con un pequeño croissant.

—¡Cállate, maldito extra! —opinó Bakugo Katsuki, quien también asistía a las pasantías con ellos dos—. ¡Nadie te preguntó! ¡Y no camines por delante de mí! ¡Te mataré!

Todoroki no hizo caso de los infantiles pedidos de Kacchan. Midoriya ocultó el rostro dentro de su mullida bufanda roja para reprimir una sonrisa pequeña ante esa escena tan típica de los últimos días desde que comenzaron las pasantías en la agencia de Endeavor.

Guardó, además, la información del café en alguna parte de su memoria. La dejó archivada junto al soba frío, las hamburguesas de pollo con pan de sésamo, las patatas fritas no tan crujientes, el refresco de manzana, y otro tipo de cosas que le gustaban a Shouto Todoroki.

Midoriya tenía mucho sobre él en su vasta agenda mental. Sus colores favoritos —que, para la sorpresa de nadie, eran el blanco y el azul—, o que demostraba más cariño a los gatos que a los perros. No era un chico muy sociable, pero sabía cómo soltar una buena broma en el momento más indicado. Su quirk podría haber clasificado del raro tipo llamado quimera. Era una persona madrugadora, y siempre lo encontrarías fuera de la residencia de la Clase A balanceando sus pies descalzos sobre los escalones en completo silencio.

Había estudiado bastante de él en todo lo que iba del año. Tenía tanta información en su cabeza que era difícil escoger un dato en particular.

¿Y eso por qué era? Pues porque Midoriya le estaba estudiando.

Pero, ¿con qué fin hacía todo esto?

Porque estaba perdida y locamente enamorado de su compañero de clase.

Cursi, ya lo sabía. También bastante ñoño. Todoroki sólo era su amigo, y tenían un trato más bien cordial tirando a lo amistoso —no había visto grandes despliegues de atención como lo hacía Kaminari con las personas que le gustaban, por ejemplo.

O como Kirishima se comportaba para conquistar a Kacchan. Aunque su amigo de la infancia era una personita un poco más difícil de tratar.

—Midoriya —Todoroki le sacó de sus pensamientos con su voz rasposa—, ¿a ti cómo te gusta el café?

Iba a responder rápidamente para desviar la atención de su repentino rostro sonrosado, pero Bakugo se le adelantó.

—No le hagas preguntas a Deku —dijo el otro—. ¡No los quiero escuchar ni a ti, ni a él! ¡Los dos dan asco cuando se ponen así!

Le vieron dar zancadas para apresurarse en ir más rápido. Ni Midoriya ni Todoroki comprendían exactamente qué acababa de ocurrir, pero también es que era Bakugo —no podías esperar mucho de ese gremlin con humor de cien chihuahuas.

Cuando ya estaba a los suficientes pasos de distancia, él y Todoroki intercambiaron una pequeña mirada cómplice.

Por alguna razón, fue el chico de cabello bicolor quien la apartó primero, casi al segundo. Midoriya lo agradecía por dos cosas; primero, porque estaba cansado de no ser capaz de sostenerla demasiado tiempo sin sentir que estaba exponiéndose a sí mismo.

Y segundo... porque mientras Todoroki jugaba a patear una lata sobre la vereda, Midoriya podía aprovechar para seguir estudiándolo.

Se conocía su rostro de memoria. Le había espiado en clases más veces de las que se podrían considerar normales. Muchos de sus compañeros habían descubierto su pequeño enamoramiento por ser tan obvio, por supuesto.

Pero para Midoriya no era solo un pequeño espionaje a su belleza. Le gustaba mirar a Shouto en su día a día para aprender más de él. Las pequeñas cosas que le convertían en la preciosa y misteriosa persona que era a día de hoy.

Midoriya buscaba una señal o algo por el estilo. Estaba esperando que, al aprender tanto de él, llegaría el día en que lo conociera tanto que podría decir: «bueno, conociendo a Todoroki, estas acciones podrían indicar que está enamorado de mí», pensaría. «Tal vez sea momento de declararme».

Ese momento nunca llegaba, claro. No porque el otro tuviera sentimientos por él, o no, ya que eso no lo sabía.

Sino porque Midoriya era tan inseguro como un edificio en medio de un temblor de gran magnitud. Estaba seguro que Todoroki podría venir y decirle que lo quería de otra manera, pero él seguiría con sus miedos y sus dudas.

Uraraka le había dicho que eso era por ser del signo de Cáncer. De la misma forma que estudiar a la persona que te gusta también lo era.

Para Midoriya solo era una consecuencia de su infancia llena de durezas y decepciones... en absolutamente todos los ámbitos.

Aprender de Todoroki tal vez no le había ayudado a descubrir si le gustaba de esa forma, pero sí que le hacía comprender su forma de accionar. A veces, se volvía más fácil adivinar su próximo movimiento en base a las pequeñas cosas que lo convertían en un todo.

—Pues... me gusta el Frappuccino, Todoroki —contestó Midoriya luego de pensárselo un momento—. Con chocolate espolvoreado arriba. ¡Y muchísima crema batida!

—Por algún motivo, estaba seguro que podría gustarte algo así —asintió Todoroki con una minúscula sonrisa muy característica de él—. Vayamos por uno mientras Bakugo sigue molesto por ahí.

—¡Me encantaría!

Todoroki comenzó a andar más rápido. Bakugo seguía refunfuñando a muchos metros de distancia.

Y Midoriya seguiría estudiándolo. Hasta que estuviera seguro que, Todoroki también, deseaba aprender todo sobre Midoriya.


* * * *


Oneshot muy cortito el día de hoy, pero desde el inicio planee que este día fuese algo muy simple y fluff ;u;

Además, me he dado cuenta que JAMÁS escribí un drabble! Pero fue divertido hacer esto. Si bien me pasé por 40 palabras del límite, creo yo que todavía clasifica como uno -3- así puedo tacharlo de mi lista de desafíos escritoriles (????)

¡Ya solo quedan dos días de la week! :'D es emocionante y triste a la vez, pero está siendo muy divertida. Yo estoy algo alejada de todo por culpa de mis pendientes y responsabilidades, aunque tengo la esperanza de que mañana o pasado se me libere algo para venir a leer más... ni siquiera fui capaz de responder todos los comentarios de días anteriores... pero quiero hacerlo ;;

¡Muchísimas gracias por seguir leyendo! ♥️ Mañana se viene un día que me emociona bastante escribir. Tal vez algunos ya lo sepan por Twitter, pero los demás no sé si esperen lo que vendrá 7u7r espero les guste, pero más que nada... QUE ME QUEDE DECENTE! xD

Nos vemos mañana! Besitos ♥️

TodoDeku Week 2020 - BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora