Cuidado con la bruja

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Who'd' ya think you're kiddin'?
He's the Earth and heaven to you
Try to keep it hidden
Honey, we can see right through you

Girl, ya can't conceal it
We know how ya feel and
Who you're thinking of...

I won't say I'm in love ||  Hercules


El dia pintaba para ir demasiado tranquilo, al no haber movimiento en el complejo. Quizá estaba un poco decepcionada de que Steve la bateara tan fuerte como home run, luego de que le pidiera ayuda para deshacerse de su vestido. En una realidad alterna, él le abriría la prenda casi sin ejercer fuerza; le rompería el maldito vestido que le había picado toda la noche y después le haría el amor sobre la isla de la cocina. 

Primero sería salvaje y apasionado, luego la trataría como a una princesa, con besos dulces y caricias suaves... en medio de un acalorado beso llegarían a sus clímax y murmurarían cada uno el nombre del otro, aún contra sus labios. Golpeó la pared de la ducha, saliendo de la ensoñación y regresando a su triste realidad, dónde el no tenía más interés en ella. 

Terminó su baño, decidiendo que ese dia no entrenaría. De igual forma no podría concentrarse, luego de desayunar lo mejor sería recluirse en su habitación e intentar dormir al menos un par de horas, para intentar reparar el dolor corporal que había dejado el colchón del cuarto de invitados de María. Así que se enfundó en unos leggins y una blusa cómoda de tirantes, al fin que no había nadie en el complejo mas que Steve y para él era un cero a la izquierda. 

Luego de hacerse una coleta y tapar sus ojeras lo mejor que su corrector le permitió, salió hacia la cocina. No tenía mucha hambre, pero al menos le serviría la excusa para poder estar al rededor de Steve un momento. Así de patética era.

Pero de camino al comedor, se detuvo en seco al escuchar que no estaban solos, la voz de Tony y Morgan cantando le sorprendió. Era muy temprano y ciertamente ellos no se paseaban por el lugar con mucha frecuencia últimamente. Se mantuvo en el pasillo, solo escuchando la conversación que parecía incipiente.

—Te he dicho que no puedo, Stark... 

—Steveeee, por favor... ¿Que puede ser mejor que pasar todo un día creando lazos con tu ahijada?

—Amo a Morgan, eso lo saben— Escuchó decir a Steve— Pero justo hoy no puedo. Tengo planes, debiste llamar con antelación. 

—Mira esta carita llena de dulzura e inocencia— Dijo Stark— ¿Estás seguro que darás esa patética excusa para no cuidar de tu ahijada favorita?

—Tengo una cita— Murmuró con cansancio.

—¿Perdón? no escuché bien.

—¡Que tengo una cita esta tarde, Stark! Y no sé cuando regrese. 

Once upon a dream...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora