No hablaré de mi amor...

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I can show you the world
Shining, shimmering, splendid
Tell me, princess, now when did
You last let your heart decide?

I can open your eyes
Take you wonder by wonder
Over, sideways and under
On a magic carpet ride

A whole new world || Aladdin

Luego de una ducha muy fría y de conseguir otro bañador, Nat se dispuso a preparar a Morgan para salir a darse un baño en la piscina. La pequeña brincaba emocionada, esperando el momento para saltar al agua y hacer uso de los flotadores mágicos que su papá hizo para ella. En la cintura llevaba un salvavidas y sobre la frente unos goggles para proteger sus ojos de los químicos en el agua. 

Natasha suspiró sonoramente al ver que Steve ya estaba esperando en el exterior, solo de pie junto a la alberca, con la mirada perdida en algún punto a lo lejano. No sabía que tan mal había actuado al propiciar un encuentro entre ellos, cuando para él todo estaba tan claro...

Es evidente que tu no dejarás de arriesgarte tontamente y que yo no podré soportarlo una vez más... Lo mejor es terminar con esto y con todas las discusiones que afectan nuestro trabajo. Solo intentaba cuidar de ti Natasha...

La mitad de su vida se basó en trabajar sola, por sus propios medios... era un hábito difícil de dejar, a pesar de tener tantos años en equipo con Clint y después con los vengadores. Y sabía que Steve la quería y por eso mismo le cuidaba como lo más sagrado que tenía. Pero habían ocasiones en que Natasha debía tomar decisiones, que por supuesto el Capitán del equipo no siempre aprobaba por ser arriesgadas. ¿Qué se suponía que debía hacer? ¿Dejar que todo se fuera al carajo, cuando habían soluciones prácticas para los problemas que se presentaban en sus misiones? 

Lo que pedía era que Steve respetara su individualidad... ella lo amaba, con todo su corazón, él era el único hombre que había robado su corazón por completo casi desde el momento en que cruzaron miradas. No entendía porque siendo pareja en las misiones eran la perfecta combinación y estando en una relación eran el uno para el otro... pero mezclar las cosas había resultado en discusiones por cosas tan tontas, que crecían rápidamente hasta llegar a proporciones catastróficas.

Como fuera, era error de ambos el no separar. No mantener su relación fuera del trabajo, como la iglesia del estado, había terminado por mandar al carajo todo lo que habían logrado en ambos aspectos.

 Al percatarse de que las chicas habían llegado, Steve las acompaño en el agua hasta que fue el momento de encender la parrilla y preparar la comida. Observaron a la pequeña devorar con ansia su hamburguesa, luego de hacer hambre pasando un par de horas aprendiendo a nadar de la mano de sus padrinos. 

Los adultos sabían que no era el momento para hablar de lo que había sucedido entre ellos hacía solo unas horas, estaban concentrándose en la niña o usándola como distracción para esa conversación inminente. 

El resto de la tarde lo pasaron en la sala, viendo películas infantiles. Steve no sabía que disfrutaría de algo así, pero lo hizo; Con su brazo tímidamente sobre los hombros de Nat y con Morgan en medio de ellos, se sentía tan cómodo que el tiempo voló y no se percató de la hora. Hasta que su teléfono vibró en la mesita de té frente a ellos y la pantalla se encendió con la llamada entrante de Sharon.

—Alguien olvidó que tenía una cita— Murmuró sarcásticamente la rusa, enderezándose para alejarse del contacto con Steve. Maldiciendo internamente a la mujer que estaba esperando en la línea. 

Steve se levantó para responder la llamada y disculparse con Sharon; Era solo un café y el cumpliría con su cita como habían quedado. Cuando volvió a la sala, la pantalla estaba apagada y sus acompañantes habían desaparecido. 

Después de cambiarse y conseguir las llaves del coche, buscó a Natasha para decirle saldría un par de horas, encontrándoles en la habitación creada especialmente para las visitas de la pequeña Stark. El rubio informó a la espía que se iba, pero ésta solo asintió, sin dirigirle la mirada; Fingía estar demasiado interesada en peinar la muñeca Barbie entre sus manos. 

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—¡Es tu turno, Tia!— Chilló la castañita, pasando el cepillo a Natasha para que continuara con el Karaoke— Puedes cantar Let it go si quieres, a mi me gusta mucho. 

—Si, lo noté después de que la cantaras cinco veces consecutivas— Dijo Natasha frunciendo el entrecejo. Tomó el Starkpad y busco entre las opciones de canciones de Disney disponibles— Esta, esta si la reconozco... aunque no creo recordar toda la canción. 

— Ahi aparecen las letras, Friday te ayuda tia Nat...

—Bien, aqui voy... a tu padre le costará más millones de los que pensó— Murmuró— Nadie hace cantar a la Viuda Negra y sale ileso. 

Tomó aire y esperó a que las primeras frases de la canción apareciera como un holograma a su costado, cuando las palabras comenzaron a iluminarse, Natasha inició con la melodía.

Si a los engaños dieran premios, hubiera varios ya ganado... No me interesa tener novios— Comenzó, con una expresión triste, luego empujó suavemente a Morgan con la cadera—Eso es historia, ya lo sé todo..

Mientras el coro sonaba de fondo ambas chicas comenzaron a bailar por el lugar, mientras reían y sacaban sus pasos más ridículos. Natasha se detuvo cuando comenzó su parte...

No van a oír que lo diga, no, no... Jamás lo haré, no hablaré de mi amor— Negó repetidamente con su dedo indice, mientras con la otra mano sostenía el micrófono improvisado.

Morgan brincó al sofá para bailar sobre el y saltar tan alto como podía, pero Natasha corrió hacia ella y la cargó para colocarla sobre su cadera. La niña alcanzó el cepillo, poniéndolo ante la pelirroja para que siguiera con la melodía.

Creía ya haber aprendido... siempre el inicio es hermoso— Frunció el ceño a la morenita y tocó su pequeña nariz un par de veces con su indice—Mi mente dice: Ten cuidado, ¡porque no todo es maravilloso!

Natasha y Morgan siguieron cantando a todo pulmón el resto de los coros, mientras la mayor giraba con la niña en brazos, imitando a una pareja bailando un vals. Al final, había tenido un dia muy divertido con su ahijada, omitiendo a Steve y su cita con la peliteñida, todo había salido más que bien... y hablando del Rey de Roma, el rubio estaba recargado contra el marco de la entrada de la sala, viéndolas con una sonrisa demasiado abierta. Seguro la había pasado muy bien con esa mujer. 

Nadie sabrá, no hablaré de mi amor...— Terminó con la canción y puso a Morgan en el suelo, que corrió inmediatamente con Steve y éste la levantó y le hizo cosquillas hasta hacerla pedir tregua. 

—Sigues tú, tío... ¿quieres cantar Let it go conmigo?

Steve levantó la vista hacia Natasha, que le veía con una expresión totalmente diferente a la que había tenido mientras cantaba con la niña.

—Llegas tarde, tengo que irme...— Le dijo secamente.

—Lo siento, tuvimos un percance de camino a casa de Sharon y...—Intentó excusarse.

—Guárdatelo, no me interesa. Sabía de antemano que tu no sabes cumplir promesas. 

La vió salir del lugar casi echando humo y creyó escuchar el portazo de su habitación. Aunque las habitaciones estaban algo alejadas de la sala. Revisó su reloj, solo se había demorado media hora, estaba seguro de que las palabras de Natasha tenían un trasfondo y era hora de aclarar de una vez las cosas con la pelirroja. 

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Once upon a dream...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora