Una cosa es comprender y aceptar y otra, muy diferente, es resignarse y aguantar. Comprender es ponerte en los zapatos del otro, estar consciente de que nadie puede desilusionarte, ofenderte, abandonarte, solo tú mismo. Aceptar es reconocer que todos tienen el derecho se buscar la felicidad en ma forma que crean conveniente. Por otro lado, aguantar los comportamientos de otro que te afectan, o resignarte a vivir en una relación que no te hace feliz es jugar a la víctima. Hacerte el mártir y eso va en contra de tu propia naturaleza.