7. Sutura

8 2 2
                                    

El sonido de la máquina de coser me despertó. Abrí los ojos y me removí incómodo en mi cama. Me levanté y perseguí el sonido, que cada vez me taladraba más los oídos. Un hombre de unos treinta años estaba sentado frente a la máquina, con el semblante serio. La barba tupida delataba que llevaba tiempo sin afeitarse. Los ojos grises no tenían brillo alguno.

—¿Qué estás cosiendo a esta hora? —le pregunté.

Observé un chorro de sangre escurrirse por la tela blanca.

—No hace falta que te lo explique, ¿o sí? —me respondió con sarcasmo.

Entendí.

Historia de un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora