Capítulo XVII

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- ¿Ya te llamo? - me pregunto Sebastián saliendo de su armario vestido con una camisa polo azul, un pantalón negro y sus zapatillas deportivas, no quería que incomodara a Gemma con sus trajes y sus cosas- ¿no crees que se ha tardado más de la cuen...

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- ¿Ya te llamo? - me pregunto Sebastián saliendo de su armario vestido con una camisa polo azul, un pantalón negro y sus zapatillas deportivas, no quería que incomodara a Gemma con sus trajes y sus cosas- ¿no crees que se ha tardado más de la cuenta? -  lo mire confundida de sus actitudes, primero era un imbécil insoportable y ahora le preocupaba- ¿Qué? ¿por qué me miras así?

-No logro entenderte amor- dije suspirando desde la cama, yo me puse un par jeans, una camisa de tirantes y un abrigo ligero, estábamos en plena primavera y pronto estaríamos en un verano insoportable,  por lo que el clima estaba muy cálido- ¿amas a Gemma? - le pregunté con curiosidad.

-Nunca ame a tu hermana- me dijo amarrando las agujetas de sus zapatillas deportivas, hace mucho no lo veía vestido de forma tan informal y juvenil- y ahora la veo como si fuera mi hermana pequeña- dijo él burlándose de la situación- siempre hemos cuidado de Gemma como  un bebe y ahora necesariamente debemos tratarla de ese modo  ¿Por qué? ¿te preocupa que podamos tener algo? -pregunto con recelo.

-No, como se te ocurre- dije confiando plenamente en él y en sus sentimientos- quiero entender tu repentino cambio.

-Quiero hacer las cosas bien y que no se diga que por mí no funcionó esto- dijo él encogiéndose de hombros- esta situación tiene dos salidas, puedo odiar profundamente a tu hermana o quererla como si fuera la mía, no hay puntos medios y estoy dispuesto a poner de mi parte.

-Me siento muy feliz de que lo hagas – dije emocionada acercándome para darle un beso- ahora vamos, no quiero hacerla esperar-  él asintió y tomó las llaves de acceso a la casa, su billetera y su móvil, yo tome la misma cartera que lleve esta tarde a la oficina y seguí a mi novio hasta el estacionamiento, en donde tomaríamos uno de sus Ferrari de cuatro plazas.

-Deberíamos comprar un auto para Gemma- dijo él pensativo y solté una carcajada de su comentario- ¿qué? no me digas que no es una buena idea.

-Cariño casi no logro convencerla de que me dejara pagar su universidad – dije seria- de hecho, está pensando en hablar contigo para pagarte una renta- Sebastián abrió sus ojos ofendido.

-No estará hablando en serio ¿o sí? - me preguntó escandalizado y yo asentí riéndome- qué clase de bazofia es esa, cobrándole renta a mi propia familia- bufo enojado- suficiente tenía con una Sara que no le gustaba que gastara mi dinero, para tener a una mini copia tuya.

-Oh y ella si es mucho más terca que yo- dije recordando la fuerte discusión que tuvimos comprando su ropa, ella era tan diferente ahora que todos aquellos que la conocían no la reconocerían.

-Tendrá que acostumbrarse- dijo Sebastián poniendo sus lentes, el sol de la tarde estaba sobre nosotros en todo su esplendor cegando nuestros ojos, el atardecer era naranja y precioso, pronto llegaría la noche y yo seguía sin comer, me quede en la cama con mi novio y en la ducha toda la tarde.

-Joder que hambre tengo- dije acariciando mi estómago, Sebastián abrió uno de los compartimentos de su auto ofreciéndome caramelos- si son caramelos de mora que sorpresa-  Sebastián se rio de mi comentario; durante el recorrido mantuvimos charlas sin importancia hasta llegar a la nueva universidad de mi hermana, frente al lugar estaba la camioneta de sus escoltas y uno de ellos estaba rodeando el edificio.

Amando Lo Desconocido ( #2 Saga Amor prohibido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora