Capítulo IV

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-Debemos irnos- dije mordiendo mi labio y cruzando mis brazos por los hombros de mi novio, estábamos desnudos enrollados en una sábana de seda blanca y él estaba entre mis piernas; por fin me  tome un descanso luego de un largo mes en el que  trab...

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-Debemos irnos- dije mordiendo mi labio y cruzando mis brazos por los hombros de mi novio, estábamos desnudos enrollados en una sábana de seda blanca y él estaba entre mis piernas; por fin me  tome un descanso luego de un largo mes en el que  trabaje hasta el cansancio y lo primero que se me ocurrió al tener un tiempo libre, fue tener sexo con mi apasionado y muy sexy novio.

- ¿Debemos? - dijo sonriéndome con malicia- yo creo que lo único que debo hacer es besarte-  escondió su boca en mi cuello dejando una línea de besos por todo el lugar- tocarte-  murmuro mi novio bajando hasta mi vientre en un rio de caricias; con sus manos abrió mis piernas dejándome completamente expuesta a él- y saborearte- soplo levemente mi clítoris, provocando que me estremeciera.

-Sebastián debemos parar- dije mordiendo mi mano cuando sentí como su boca hacía contacto con mi coño- cariño la gala- mencione recordándole, nada le importo y sinceramente a mí tampoco, tome su cabello para que se quedara justo en ese punto; mis piernas temblaron cuando sus dientes mordieron con delicadeza ese botón deseoso de atención, ese punto importante que hace que toda mujer pierda el control.

Su boca no se detuvo y mis fuertes gemidos inundaron la habitación, esto era una constante para nosotros, el sexo, el placer y el amor; la combinación perfecta, la fórmula que se convirtió en un salvavidas para nuestra rutina; a pesar de estar nublada por las sensaciones sentí como mi espalda vibraba en todo el sentido literal de la palabra, en un inicio no preste atención a aquello, sin embargo, el golpeteo en la espalda me distrajo completamente.

- ¿Qué pasa? – pregunto Sebastián al ver cómo me levantaba, lo mire también muy confundida y me levante tomando el teléfono que estaba en mi espalda, era el suyo, él lo tomó y desvió la llamada, para acercarse a mi boca y besarme, sus manos acariciaron mis muslos y se recostó encima de mí;  antes de que pudiera penetrarme completamente el sonido de su teléfono retumbó en la estancia.

-No contestes- le pedí tomando su rostro en las manos, sé que estaba siendo egoísta, no quería que se apartara de mí; me obedeció y seguimos con nuestra sesión de besos, su miembro entró en mí sacándome un grito de placer.

-Maldita sea ¿Quién está llamando? - dijo deteniéndose y tomando su teléfono para ver la llamada aun dentro de mí, no me molesto y  solté una carcajada, su ceño se frunció y se levantó de la cama, dejándome desconcertada- Hola Kaden- mi corazón bombeo en ira, él se levanto a contestar ¿una llamada de su secretaria? - dame un momento- susurro en mi dirección.

Me quede en un estado catatónico, no sabía que acababa de pasar, él se puso su pantalón y me  dejo en una cama desnuda, muy caliente y con ganas de que me follaran ¿por contestarle a su secretaria y hablar de algo fuera de mi radar?; no quería sonar como una loca, no quería sonar como una mujer celosa y descontrolada, pero no le perdonaría el hecho de que me dejara de esta manera.

Me levante iracunda de la cama poniendo mi bata de seda en su lugar, le envíe un mensaje a Ignacio para que se preparara para salir, no pensaba esperar como una idiota a que mi novio apareciera; yo no era una mujer tonta, yo no era una mujer sumisa y yo no era una mujer que siguiera órdenes.

Amando Lo Desconocido ( #2 Saga Amor prohibido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora