¿Qué pasa cuando con el compañero que debería ser solo eso te empieza a hacer sentir más que solo amistad?
Todo debería seguir normal, al fin de cuentas es solo un error de la mente.
¿Pero y si no fuera así, y si todo fuera el comienzo de una verda...
Al terminar, salimos del baño y nos dirigimos hacia la habitación de mi coquito.
-Eres un loco David.
-Y ahora que hice pues ósea todo soy yo siempre –juega a hacerse el ofendido y aparentar sacar lagrimas lo que hace que me de risa.
-Ay niño que sensible -le doy un beso en la mejilla- por eso me encantas.
-Tú también me encantas –me toma por la cintura para darme un beso.
-Bueno ya -lo separo- luego terminaremos metiéndonos en una habitación.
-Y no te gustaría? –me la da una sonrisa pícara.
-Luego chiquito –le lanzo un guiño y entramos a la habitación.
Estamos un rato hablando con mi familia y me da mucha ternura como se llevan mis chicos con David pues a pesar que si se les hace algo raro que este él David intenta ganárselos, lo que obvio notan todos y hace que mi papá ponga una cara que me da risa.
Mientras tanto yo estoy hablando con mi coquito y esperamos a la enfermera para que nos diga cuanto volverá mi coquito a la casa, porque a pesar que esta bien pues me hace falta tenerla conmigo.
Llega la enfermera que desde el primer momento le empezó a coquetear a David lo que hizo que obviamente me molestara.
-Bueno dentro de unos 15 días la tendrán devuelta en casa –la muy idiota le estaba guiñando el ojo a mi hombre.
-Y necesitara algún cuidado? –pregunta mi hermano.
-No muchos –fue revisar algo y literal vi como le ponía el trasero en la cara a David lo que hizo que este se levantara y se dirigiera hacia mí.
-Bueno enfermera eso es todo gracias -ella sale del cuarto- no quieren ir a cenar y después por un helado?
-Si, si, mami vamos.
-No lo se ya es algo tarde.
-Andale mija vallan a cenar yo estaré bien aquí se quedará tu papá.
-Vallan ustedes si quieren yo no tengo hambre ya cené en el foro.
-Segura hija?
-Si, David y yo nos iremos a la casa.
-Bueno está bien.
Salimos del hospital y desde que salimos no lo dejo que me toque, así estamos todo el camino hasta que llegamos a la casa y juro que no lo quiero ver así que me voy casi casi corriendo hacia el cuarto, pero el me detiene en la puerta.
-Que paso chiquita porque me estas evitando?
-Nada y suéltame.
-No, ¿dime que te pasa? –me agarra de la cintura.
-Ya te dije que nada -me intenta besar, pero lo alejo- no me toques.
-Que te hice?
-NADA -remarco la palabra- si quieres un beso mejor ve a decirle a tu enfermerita.
-Estas celosa?
-De ti jamás y ahora ya déjame entrar al cuarto –David no me suelta y me empieza a besar muy apasionado.
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- Me encanta verte celosa, sabias?
- No me importa, suéltame.
- No - no me dejó responder, sentía sus manos apretando fuerte mi cintura y su lengua buscando desesperada la mía. Fuimos hasta la cama y nos acostamos brutamente.
- Eres un idiota - Dije encima de él besando sus labios.
- Me pones idiota.
- Se nota - me acomodé mejor y empecé a mover mis caderas, necesitaba fricción.
- Me estás volviendo loco, Aracely.
- No pares chiquita.
- Poco a poco los gemidos se hicieron presentes, mis piernas temblaban y sentía que podría venirme en cualquier momento.
Traté de para para calmar mi orgasmo pero David se subió encima mío y con sus manos empezó a masajear salvajemente mi punto nervioso y me terminé corriendo.
Saqué desesperadamente el pantalón de David y así hasta quedar desnudo, éramos salvajes, eso sin duda.
