Cuatro

13.1K 1K 718
                                    

Hey! aquí por fin Miyu actualizando!

Cómo están?

Espero muy bien ^.^

Bueno, el capítulo de hoy se lo quiero dedicar a todorokidelahoya espero te guste!

ok, sin más las dejo con la historia <3<3

------------------------------

Hoy estoy peor que antes. Jamás imaginé que el sexo pudiera llegar así de tierno. Es decir, siempre me haces sentir que toco el cielo, como cuando vuelo en lo alto. Pero lo de esta tarde, en ese Love Hotel de tercera, simplemente no puede compararse. Lo percibí con todos mis sentidos: dulzura. En nuestros jadeos, en el toque de tus manos expertas, en el reflejo que tus ojos me regalaban. Pero sobre todo, en tu sudor.

Ya es hora de dormir, mañana será otro día ocupado y yo sigo con la nariz llena de esa escencia que emanó de todos tus poros mientras me hacías tuyo. Creí que me embriagaría. Tanto me gustó, que decidí no ducharme antes de irme a la cama, quiero seguir sintiendo que estás a mi lado.

No es que tenga el olfato particularmente sensible, pero hay olores que me han marcado. Como el que percibí aquél día que entrenaba con Tōya-kun. Presiento que hoy soñaré de nuevo con ese día de verano.

***

Esa mañana, como las anteriores, me encontré con Tōya-kun en el parque para entrenar. Durante esas vacaciones logró controlar mejor sus llamaradas haciendo ataques cada vez más precisos.

En nuestros meses de práctica fuimos conociéndonos mejor. Al punto que me sorprendía que Tōya-kun me hubiera parecido tímido e indefenso al principio. Si bien era un chico sensible, la confianza que fue ganando reveló una personalidad desenfadada que contrastaba con la pasión con la que se empeñaba a dominar su kosei.

Yo, que entrenaba desde niño, estaba acostumbrado a las largas sesiones de entrenamiento intenso y podía enseñarle un par de cosas útiles a mi nuevo amigo. Al comenzar las vacaciones de verano decidimos cambiar el entrenamiento de las tardes a temprano en la mañana y así evitar el abrasante calor de medio día. De cualquier forma terminábamos empapados en sudor.

—¿Paramos un momento? —sugerí al yo mismo resentir el cansancio.

—Sí, por favor.

Nos sentamos lado a lado en la misma banca que el día que nos conocimos. Respirábamos agitados bebiendo un poco de agua.

—¡Qué calor!

—Eso es muy raro viniendo de ti, Tōya-kun. ¿No se supone que tú lo toleras mejor?

—Que esté acostumbrado no significa que no me afecte ¡Mira cómo estoy sudando!

Mientras Tōya-kun se limpiaba el sudor de su frente yo me percataba que su olor era especial. Tenía una escencia profunda, mística como su fuego azul, que llegaba a mi nariz y provocaba una sensación extraña en mi vientre. Ya lo había notado antes, había días que esa sensación terminaba erizándome las plumas.

No era como cuando veía a las chicas bonitas en televisión. Esto era diferente, enigmático. Aprovechando nuestro descanso y la cercanía, moví mi cabeza discretamente buscando olerlo de más cerca.

—¿Apesto? —preguntó al notar que lo olfateaba.

—¡No para nada! —exclamé rápidamente, pensando en cómo evitar decirle que disfrutaba su olor.

—Fuyumi siempre dice que huelo bastante mal después de entrenar.

En ese momento me quedé sin palabras al verlo quitándose la camisa. No es que fuera la primera vez que veía su torso lleno de cicatrices, pero en un día de verano que parecía volverse más caluroso minuto a minuto, era posible ver las gotas de sudor bajando por sus brazos y su pecho.

Jugar con fuego *DabiHawks*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora