Capítulo 29

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Era un nuevo día, y otra vez la embargaba aquella sensación de no querer levantarse de la cama. Pero tenía mucho que hacer, por el momento necesitaba encontrar al tal Bajtiar, el líder del ejército de los Inmortales, antes hubiera podido contar con Qaisar, pero ahora no tenía a nadie, o quizás no. Terminó de acomodarse, un atuendo sobrio, ella estaba de luto, su mejor amigo había muerto. Salió al pasillo, pidió a uno de los sirvientes encontrarse con su abuela y su marido, generalmente mantenía esas conversaciones por separado pero quería abordarlos a ambos, y creía que iban en la misma dirección, así que tendrían que trabajar juntos, por lo menos en aquel momento.

Estaba sentada frente a una de las ventanas que daba al jardín, recordaba el día en que llegó, se sintió tan feliz, ¿en qué momento había cambiado todo?. La puerta se abrió en ese momento, Keyhan entró

-Espero que estés mejor- Le dijo mientras se servía un poco de vino

-Lo estoy, gracias por preguntar

-He enviado el cuerpo de Qaisar con tu carta a Esmir- Le dio un sorbo a la copa- ¿Y de qué querías hablar?

-Mandé llamar a mi abuela también, pero antes de que llegue quiero decirte que tenías razón, Izan no está dispuesto a ceder por ningùn motivo y a vuelto a Arzu en contra mía, solo nos queda una opción, voy a reclamar Kisra

-¡Bien! La voz de Nakisá se hizo presente- Ya ves que yo tenía razón- Dijo mientras robaba la copa de Keyhan

Jorshid puso los ojos en blanco- ¿Lo de tocar la puerta...?

-¡Bah! Centrémonos en lo que interesa

-Primero quiero que leas esto- Le tendió una pequeña nota a Keyhan- Es de mi informante en Ecbactana

-Mi padre no pudo haberse aliado a Kisra...- Respondió con la incertidumbre marcada en su voz- Esto pudo haberlo escrito cualquiera, en un intento desesperado por que me ponga de tu parte

-Tienes razó, pero aquí el único que quería reclamar Kisra eras tu padre y tú- En ese momento miró a su abuela- Incluso tu Reina madre, después de advertirte que no quería que te inmiscuyeras en este asunto pediste a Keyhan falsificar esta carta- Buscó entonces en una gaveta del escritorio, sacó un documento- Interceptaron esta carta en la noche, justo antes que tu mensajero abuela partiera a Kisra

-Pensé que nuestro querido Sha iba a mantener su boca cerrada

-Y tu abuela deberías dejar se subestimarme, una más y te vas directo al palacio del invierno, ¿está claro?- La anciana solo asintió con la cabeza

-¿Y de qué hubiera servido? La declaración de guerra no llegó por tu parte  sino por la de él, no hubiera hecho mucha diferencia- Keyhan se encogió de hombros- No es menos cierto que quizás si tu y Arzu hubieran llegado a un acuerdo ocasionarìa problemas, pero la única que no vio que ni ella ni Izan querían una tregua eras tu- Dio un sorbo a su copa- Nakisá, mi boca no se abrió para decir nada, yo también estoy interesado en Kisra pero no es menos cierto que su nieta es avispada y tarde o temprano se iba a dar cuenta. Ahora si me disculpan, sigan en su debate sin sentido, tengo cosas mas importantes que hacer- Sin decir más abandonó la habitación

-A veces quisiera ahorcarlo- Dijo Jorshid mientras veía la puerta cerrarse tras él

-Es tu marido, no puedes hacer nada al respecto

-Y a ti también abuela, no te creas

-Bueno, olvidemos este suceso, Jorshid, si tu nota es cierta y Ecbactana piensa aliarse a Kisra estamos desprotegidos

-He pedido ayuda a mi tía, Arjun está dispuesto a enviarme 8000 soldados

-No es mucho, teniendo en cuenta que la mitad de nuestro ejército está liciado

-Temo porque Iskandar quiera aliarse a Kisra, son rencorosos y Roshanak se quedó sentida cuando rechacé a Qaisar

-Jorshid, no es menos cierto que ese chico se desvivía por tí, eras la única que no se percataba de eso

-Si lo hice- Respondió después de un rato y con voz cansada y triste- Solo que para mi él fue y siempre será mi amigo, y reconocer aquello suponía perder toda nuestra complicidad, quise corresponderle, juro que lo intenté, una palabra mía y hubiéramos estado casados, pero esa decisión solo nos hubiera hecho miserables, y yo no podía quitarle el amor, estaba convencida que alguien llegaría a su vida y le amaría mucho mas de lo que me quiso a mi, pero esa persona no iba a ser yo, no podía, al menos no en ese sentido

-Has cambiado en estos meses Jorshid, te estás conviertiendo en la reina que siempre supe que serías

-Supongo que sí- Dijo mientras se encogía de hombros. Ese día partirían a Susa, pero debía hacer algo antes, tenía que ponerse en contacto con el tal Bajtiar y su enorme ejército de Inmortales, el más poderoso de toda Persia.

Abandonó la habitación, en uno de los pasillos la esperaba aquel soldado, el mismo que le había salvado la vida dos veces y que según Emir podía confiar en él.
El chico hizo una reverencia en cuanto la vio- Majestad

-Por favor evitemos los formalismos, me has ayudado varias veces, de cierta forma estoy en deuda contigo

-Mi padre sirvió al antiguo Sha, es mi deber y un honor servirla a usted, se que soy joven, pero, daría lo que fuera  por Persépolis y por mi reina

-¿Cómo te llamas?

-Sahir

- Muy bien Sahir, voy a encargarte una misión de suma importancia para el reino y para mi. Deberás buscar a Bajtiar

-¿Bajtiar? Majestad está consciente que en su momento fue el líder de los rebeldes contra su padre, yo era pequeño aún, pero intentaron envenenar a su madre

Aquella información la tomó por sorpresa, pero si Emir decía que había que buscarlo, pues eso había que hacer- Sahir, Bajtiar lidera el ejército de los Inmortales, los necesitamos para ganar esta guerra, estarás encargado de las negociaciones con él, pero ojo, nadie puede saber de esto

-Pierda cuidado mi reina, cuando regrese de Susa, Bajtiar y su ejército estarán a sus órdenes

Jorshid, la historia de una reinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora