Jorshid estaba mas que decidida a sacar a su madre de aquella habitación, ya en la puerta despidió a los sirvientes. El dormitorio que antes le recordaba amor y cariño entre sus padres ahora estaba sumido en tinieblas, varias bandejas de comida rodeaban el dormitorio, intactas. Se acercó a la cama, apenas era visible lo que recordaba como una mujer hermosa ahora estaba bajo las sabanas. Se sentó suavemente a los pies de su madre, tocó con cuidado- ¿Mamá? Madre soy yo, Jorshid- No obtuvo respuesta- Llevas una semana sin salir de aquí, al menos háblame para saber que estás bien
Un movimiento bajo las sabanas y Mahvash salió de debajo de ellas, se recostó en el espaldar de la cama- ¿Qué sucede, qué quieres?
-¡Saber que estás viva quizás!- Le molestaba la reacción de su madre
-Ahora que lo sabes por favor déjame sola
Trató de serenarse- Entiendo que perdiste al amor de tu vida, a tu amigo y compañero, pero todos perdimos algo, un padre, un hijo...un hermano, pero no nos hemos escabullido bajo las sábanas, créeme que no me han faltado ganas o motivos, y sé que te sientes mal pero hay mucho por hacer y..
-Sabes qué es lo que no entiendo, por qué tuvo que ir él, era el rey, se supone que la gente se sacrifique por él
-Mucha sangre ha sido derramada en nombre de mi padre, en nombre de toda la familia real, pero cómo pedirìamos a esos hombres que se sacrifiquen por alguien que no lo hace por ellos, los dioses nos han bendecido por la dicha de nuestro nacimiento, pero solo ellos saben lo mucho que cuesta
La mirada de Mahvash seguía perdida en algún punto de la habitación- Suenas igual que tu abuela, y no te culpo, llevas su sangre, tú, tu hermana, tu padre, todos nacieron aquí- En ese momento apartó las sábanas y comenzó a caminar por la habitación, recogía vestidos al azar
-Mamá ¿qué estás haciendo?
-Nunca he sido más que una invitada en esta corte, una chica que secuestraron en un pueblo vecino y de la cual tu padre se encandiló y la convirtió en su esposa, llegué a quererlo con el tiempo, pero yo era feliz sabes, en la granja de mis padres, no los vi nunca mas hasta que día trajeron sus cadáveres
-Yo...
-¿No lo sabías?- Mahvash dejó salir una sonrisa entristecida- Pensé que los comentarios de tu abuela te darían una pista- Guardó silencio- Me voy vida mía, sin tu padre aquí no soy nadie
-No puedes irte- Los ojos de Jorshid comenzaban a llenarse de lágrimas
Mahvash se acercó a ella y acarició su rostro- Ahora eres la reina, fuiste educada para esto, pero yo no, tienes a tu abuela, estoy segura que te guiará por buen camino
-Pero yo te necesito a ti, necesito a mi madre, todos aquí me miran por encima del hombro, dudan de mis decisiones e incluso yo lo hago de ellas, estamos atravesando la mayor de las crisis desde que mi abuelo murió, los ejércitos de Ecbactana nos tienen rodeados, nuestros aliados nos han abandonado y parece ser que la ùnica solución para eso es unirnos a Ecbactana...- En ese momento calló, una idea había llegado a su cabeza- Mamá tengo que irme, hablaremos en la noche
Mahvash la abrazó- Ve a cumplir con tu deber, me iré sin mucho aspaviento
-Tendrás un carruaje para tí y todo lo que necesites está a tu disposición, no dudes en escribirme si necesitas algo
-Estarás bien Jorshid, eres lista, serás una gran reina
Sinceramente no tenía tiempo para sentimentalismos, su madre acababa de abandonarla cuando mas lo necesitaba, pero había que seguir adelante, y una idea acababa de surgir en su cabeza. Encontró a Kurosh en los pasillos
-Majestad- El hombre hizo una reverencia
-Kurosh, necesito ver a Delsahd, pídele que me encuentre...ah, mi madre estará unos días fuera, necesita nuevos aires para recuperarse de la muerte del rey, ócupate de que obtenga todo lo que necesita
-Como desee majestad
Ecbactana
Mansur estaba sentado en el trono cuando vio aparecer a su tercera esposa, caminó rápidamente hasta que estuvo a pocos metros de él-¿Cómo te atreves a comprometer a mi hija sin siquiera decirme primero?- La alta mujer de ojos verdes y rizado cabello destilaba rabia por los poros
-Amrit, creo que debes anunciar tu llegada
-Amrit Chairavali tercera esposa del rey de Ecabctana...¿Está bien así. Ahora puedes responder a mi pregunta?
-¿Amrit, desde cuando tengo que contar contigo para tomar mis decisiones?- Mansur la miró directamente a los ojos
-Cuando esa decisión tiene que ver con mi hija si y más si tiene que ver con matrimonio y no conciento que la entregues a los bárbaros de Esmir
-¡Necesitamos a Esmir! Si vamos a ganar esta guerra contra Persépolis deben estar unidos a nosotros más que por un contrato
-Es mi dinero el que mantiene a tu ejército, no veo para que necesitas a Esmir
-Leila es de mi propiedad, no vas a impedirme hacer lo que crea correcto con su vida
-Hazlo y mi familia retirará todo el apoyo a tu reino, te casaste conmigo porque te recuerdo que estabas a punto de desmoronarte y fue mi familia y mi dinero el que nos ha mantenido a flote...Así que sí, yo también decido por Leila, se casará cuando encontremos un buen pretendiente para ella, no un príncipe débil que hace lo que su madre ordene sin pensar- Sin esperar respuesta abandonó el lugar
Mansur apretó los puños, Amrit no era como sus demás esposas, ella tenía dinero y era poderosa, era difícil dominarla, pero ya encontraría la manera de desviar su atención
ESTÁS LEYENDO
Jorshid, la historia de una reina
Ficción histórica"Será madre de naciones, imperios se arrodillarán a sus pies "- Habian sido las palabras dichas al ángel, una estrella habia iluminado su nacimiento. Ella, Jorshid, tratando de desatarse de los estereotipos impuestos a las mujeres de su época. Reina...