Keyhan había tomado un caballo y estaba en camino de reunirse con Bajtiar, le daba igual que fuera su hijo, a Sahir debían sacarlo de la ecuación lo antes posible, no quería matarlo él porque entonces Jorshid sospecharía, pero si lo enviaban a una misión imposible pues bien que podía fallecer en el intento, y más si quien lo ordenaba era Jorshid, así que solo tenía que convencerla. Bajtiar no había cedido, quizás tenía demasiados escrùpulos como para mandar a matar a su propio hijo.
Ya iba de regreso, no logró persuadirlo y posiblemente Jorshid ya comenzaría a notar su ausencia...o quizás noLa vio de pie, junto a Sahir, haciendo frente al ejército de los inmortales, pero lo que más le impresionó fue que aquellos hombres estaban de rodillas, rindiendo respeto ante aquella reina, jamás se había visto aquello. Apresuró el caballo hasta lograr quedar cerca de ella, vítores como "larga vida a la reina Jorshid" eran escuchados perfectamente, ella no sonreía, solo miraba a todos lados, sus ojos no se quedaban quietos. Una leve llovizna comenzó a caer, en ese momento miró a donde él, le dedicó una sinrisa rápida para luego darse la vuelta y entrar seguida de Sahir...Sahir, apretó los puños, odiaba a ese chico, pero lo odiaba por lo que podia significar, la destrucción de su felicidad, sabía que Jorshid jamás perdonaría algo asì, y entonces ese día se acabaría la vida de ensueño en la que llevaban ya casi 3 meses.
Arrió el caballo, no quería que estuviera mucho tiempo con él, entró en el patio principal. Aún encontraba extraña esa idea de Jorshid de montar aquel mini hospital allí, era un palacio y no una casa de acogida, gente iba y venía el día entero y cuando no estaba ocupada con las cosas de estado la veía atendiendo heridos, casi se confundía con las demás mujeres, ya no usaba tantas joyas y aquellos vaporosos vestidos que llegaban por baùles desde toda Persia, decía que le estorbaban, aún asì seguía siendo hermosa, con aquella sonrisa y aquel cabello suelto que recogía en una larga trenza y varios mechones se le pegaban en la cara.
Llegó a la habitación que compartía con ella desde hacia ya casi 6 meses o quizás un poco más, había perdido la noción del tiempo en los últimos días, la encontró en el balcón, mirando las tierras de Persépolis, había aire de tormenta, caminó hasta llegar junto a ella, tenía la mirada perdida en algún punto que él no lograba discernir, apoyó ambas manos en la baranda.
-Se te vio muy bien allá abajo- Le dijo sin mirarla, ella demoró en responder- ¿Qué te pasa?
Suspiró, tenía tantas cosas en la cabeza, casi que extrañaba sus día en Esmir, con Qaisar, Emir, cuando su padre aún estaba vivo, se le habían arrebatado tantas cosas- Es solo que...no quisiera ser pesimista, pero a veces me pregunto si ganaremos esta guerra, si todo esto merece la pena, estamos arriesgando tanto Keyhan
-Lo haremos Jorshid, como hemos hecho hasta ahora. Mira lo que lograste esta noche, que todo un ejército se pusiera de rodillas ante tí, que te juraran lealtad, puede que sea una pequeña victoria, pero victoria en fin, y estoy seguro que teniéndolos bajo nuestras órdenes lograremos vencer a Arzu y a mi padre y a Izan
-Ecbactana ha demostrado una vez más que es un imperio fuerte, me uní a el para fortalecer mi reinado, pero solo he conseguido hacerme mas débil
-Lamento no poder ayudar, solo soy el príncipe, y como príncipe no hay mucho que pueda hacer, en cambio como rey de Persépolis, también te haré un juramento esta noche, y prometo Jorshid, dar mi vida por esta tierra que ahora también es mia
Sonrió, una sonrisa triste, sabía que Keyhan hablaba en serio, pero si no lograban remontar perderían la guerra, y eso era algo que no podía permitir- Hace mucho que no voy al templo, y también hace mucho que no se de mi madre ni hablo con ella
-¿Estás pensando en ir a visitarla?- La miró extrañado, de sobra conocía la historia de Mahvash y su total abandono a Jorshid cuando esta más la necesitaba, pero suponía que ella era diferente a él, él jamás la perdonaría, de hecho, ni siquiera hablaría de ella
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Jorshid, la historia de una reina
Ficción histórica"Será madre de naciones, imperios se arrodillarán a sus pies "- Habian sido las palabras dichas al ángel, una estrella habia iluminado su nacimiento. Ella, Jorshid, tratando de desatarse de los estereotipos impuestos a las mujeres de su época. Reina...