Memorias del URIUM

Memoria 02: Perdidos -1-

1

Era una bella casa. Todo a su alrededor parecía un paraíso; un rayo de sol iluminaba la estancia principal formando un hermoso arcoíris que se filtraba a través de los inmensos ventanales que distorsionaban la luz en brillantes colores.

Él podía ver sus pequeños deditos estirándose para intentar tocar aquellos colores y las pequeñas motas de polvo que volaban a contra luz, mientras amables palabras le hablaban en la lejanía, no recordaba el rostro de aquella voz, pero podía recordar sus manos abrazándolo, unos brazos tan grandes, para alguien tan pequeño, mientras ambos reían al calor del colorido rayo del sol de la ventana.

De pronto, todo se tornó negro, la dulce voz que le hablaba se convirtió en gritos, y los colores de la ventana en un cristal sucio y roto, por el que escurrían hebras interminables de rojo y carne putrefacta. Solo hubo dolor y miedo, mientras esa macabra voz de fondo se reía cruelmente a sus espaldas.

Noah despertó agitado. De inmediato, se limpió la gota de frío sudor en su frente, cuando su único ojo observó su alrededor, se ubicó escondido entre los escombros de un edificio destruido, bastante expuesto al exterior, el sol aún no salía, pero la mañana ya se percibía, se levantó de inmediato y alerta, mientras sentía el rugir de su estómago.

Al voltear atrás topó a su hermana, dormida en un rincón, abrazándose a sí misma, encogida por el fresco de la madrugada. Él suspiró profundamente, e inició camino fuera del edificio.

2

Dáltira se despertó sola, al reaccionar por completo invadida por los rayos del sol, respingó al no encontrarse en su lugar habitual, pero luego, los recuerdos de porqué había amanecido ahí se hicieron rápidamente presentes, llenando de nuevo sus ojos de lágrimas.

-Ay... señor Lulo... ¿Y ahora que vamos a...? Espera, ¿Señor Lulo? ¿Dónde?... ¿Y Noah?

Cuando Dáltira finalmente recordó por completo que habían huido solo con lo puesto, rompió completamente en llanto.

-¡Señor Lulo! ¡No! ¡SEÑOR LULO! ¡Lo siento! ¡Lo siento tanto! ¡Eras mi amigo! ¡Mi único amigo! Ah, ¡NO! ¡NOAH! ¡EL señor Lulo se perdió! ¡Noah!... ¿Noah?

Por más que llamaba a su hermano, solo el eco del abandonado edificio respondía su triste clamor.

-¿Noah? ¡Noah! ¿Dónde estás? Noah...

Caminó de un lado a otro, salió de la ruinas del edificio, para encontrarse con un panorama infinito de escombros y soledad hacia donde sus ojos vieran, completamente perdida, sin saber exactamente qué hacer, regresó a donde despertó, subió a lo alto de una roca y se sentó en loto a reflexionar, mientras intentaba que las lágrimas y los mocos dejaran de fluir sin control.

-Jamás pensé que eso sería urium... ¡Es que yo no conocía el urium! ¡No fue mi culpa! Pero bueno, también es verdad que Noah me dijo siempre que no saliera del pequeño valle, ¡Pero era tan aburrido! Pero era un lugar seguro, ¿Y ahora qué? El señor Lulo... ¡El pobre señor Lulo! Lo lamento mucho en verdad, ¿Qué va a pasar ahora? ¿A dónde iremos? ¿Realmente habrá tantos monstruos allá afuera?... -Se quejaba expresivamente con el vacío a su alrededor.

En medio de todas sus reflexiones, se centró en la más importante.

-¿Dónde estará Noah? Es raro que despierte temprano, y más raro aún que no esperara para decirme a dónde iba, ¿Qué tal ya no estoy cuando él regrese? Aún tenemos una pelea pendiente, bueno, en realidad, yo fui la única que arruinó las cosas, por mi culpa el pequeño valle desapareció, porque no le hice caso a Noah... -La tristeza de nuevo llegaba. –Espera... ¿Y si Noah se fue por su cuenta? ¿Y si se enojó tanto conmigo que ya no quiere volver a verme y por eso se fue? Se cansó de que nunca le hice caso, de que siempre le dije que dudaba de su palabra, de los peligros del exterior, ni siquiera creía que los hombres de las cápsulas de verdad fueran peligrosos, y ahora, y ahora...