8
El cuerpo de aquel ser era al menos el doble de alto que Noah y el doble de ancho que el de ellos dos juntos; en su gigantesca boca, se asomaban extraños colmillos y sus enormes extremidades, tan gruesas como las de un elefante, se alzaban amenazantes sobre ellos, sobre todo las manos que terminaban en unas largas y puntiagudas uñas: aquel horrible monstruo frente a ellos era mucho mas aterrador de lo que Dáltira hubiera podido imaginar jamás.
-¡Noah! -Ella temblaba mientras se aferraba al brazo de su hermano.
-Retrocede... -Él miraba fijamente al monstruo mientras la soltaba de su brazo y la hacia retroceder.
-¿Qué tenemos aquí? -Dijo el monstruo con una extraña y ronca voz-. Un pequeño par de ladronzuelos...
Dáltira estaba impresionada de escuchar palabras saliendo de aquel horrible ser.
-¿Y? Tu no eres el dueño de esa casa... -Contestó Noah seriamente-. Ocúpate de tus propios asuntos.
-Vaya, que niño tan valiente, ¿En serio crees que tienes alguna autoridad para hablarme así? Jamás los había visto por aquí, así que no son mas que unos miserables ladrones, y ladrón que roba ladrón...
-No obtendrás nada de nosotros, toda la comida y el agua que traje, ¡La destruiste con tu salvaje ataque! -Gritó enojado.
Noah trataba de medir sus opciones, con el enorme monstruo frente a él y su aterrada hermana detrás, pero antes de poder hacer algo, el sujeto corrió hacia ellos con intención de embestirlos, a lo que él solo pudo abrazar a su hermana y esquivar el golpe lo mejor que pudo, aun así, ambos fueron golpeados ligeramente por el pesado brazo del monstruo, lo que les hizo caer a unos metros.
Él se incorporó rápidamente, pero Dáltira estaba en shock, tirada un poco mas lejos que él.
-¡Dáltira! ¡Eres un maldito! -Noah estaba furioso-. ¡Vas a...!
-¡Noah! -Dáltira intentaba incorporarse, mientras veía aterrada el intento de su hermano de defenderse de esa horrible cosa.
El monstruo rodeaba ventajosamente a los dos, cuando se disponía a atacar de nuevo, Noah tomó una roca y se la lanzó certeramente en un ojo, lo cual distrajo al ser por unos instantes, el suficiente tiempo para tomar a Dáltira y salir corriendo.
-¡Corre! ¡No mires atrás Dáltira! ¡Corre! -A pesar de que sabía que su fiebre no había bajado y que su carrera era lenta, Noah tomaba firmemente de la muñeca a Dáltira, haciéndola correr lo más que podía.
Sin embargo, poca fue su carrera, antes que ella se tropezara y cayera de bruces aparatosamente.
-¡Dáltira! ¡Vamos linda! ¡Levántate! -Noah la apuraba lo más que podía mientras que notaba que su atacante se movía más rápido de lo que aparentaba su pesado cuerpo, y pronto les daría alcance.
-Noah, yo, no puedo más... no puedo... -Dáltira trataba de obtener aliento siquiera para poder hablar, pero sus pulmones no daban para mas que un fuerte jadeo y su cuerpo estaba en un terrible malestar.
Todo colapsó finalmente dentro de ella cuando vio otro grupo más de monstruos, al menos cinco, cerrando el camino delante de ellos, encabezados por ser cuyo rostro, visto por ella debido al ángulo del suelo en el que estaba, a pesar de la amplia capucha que lo ocultaba, parecía estar hecho de miles de pequeños gusanos formando sus facciones. A la par sintió los enormes pasos de otro sujeto acercándose peligrosamente, veía a Noah tratando de protegerla, cerca de ella, mientras estaban solos, a merced de los monstruos, en medio de la noche, sin nadie que los ayudara, todo fue tan pesado en su corazón, entre miedo, angustia, estrés y culpa, que finalmente se desmayó.
9
-¡Dáltira! ¡Dáltira! -Noah la sostuvo un momento más entre sus brazos, hasta que entendió estaba inconsciente.
El sujeto dio rápido alcance de ellos, y por detrás tenía al otro grupo acercándose. Noah solo respiró profundamente, y recostó suavemente a su hermana en el suelo.
-Dáltira yo, no te preocupes, te prometo que yo arreglaré esto, y cuando despiertes... estaremos en un lugar seguro. -Acarició suavemente su largo pelo rubio-.
-¡Los encontré pequeñas ratas! -Gritó la horrible voz mientras corría hacia ellos.
-En cuanto a ti... ¡A todos! ¡Yo...! -Antes de que Noah terminara de emitir su grito de furia, fue rebasado por el grupo que tenia detrás, el que parecía liderarlos, dio la señal, y los otros cuatro, apuntaron con varias armas al primer monstruo que los perseguía.
El sujeto se detuvo en seco.
-¡Este sujeto! Ese cuerpo, esas huellas... ¡No cabe duda! ¡Es el asesino de la meseta! -Gritó uno de los que apuntaban su arma-. ¡Vamos atrapémoslo!
Aunque el monstruo intentó dar media vuelta y huir, tres del grupo se movieron anormalmente más rápido que un humano promedio y entre habilidades características y las armas de largo alcance entre balas y lanzallamas, lo cercaron y lo atraparon rápidamente.
Los otros dos estaban con Noah y Dáltira, uno de ellos apuntando su arma, Noah los miraba desafiante, finalmente el sujeto del extraño rostro hablo:
-Estos caminos son peligrosos, ese sujeto es peligroso, y aun así, tuviste las agallas de vagar en medio de la noche para ir a saquear mi casa chico, ¿Tanta hambre tenían? ¿Para que querías tanta agua? No solo yo te vi huir hasta lento, si no que dejaste un rastro lo suficientemente notable para que él los persiguiera.
-No somos de por aquí, llevábamos días sin comer ni beber, ella necesitaba el agua, tiene mucha fiebre. -Contestó directo, sin desviar la mirada.
El sujeto se enfocó en la joven rubia de angelical rostro, inconsciente en el suelo, sucia, sudada, y con trabajos para respirar.
-Ellos robaron su casa Doc., ¿En serio va a dejarlos así sin más? Todos tenemos nuestros propios problemas. -Inquirió el sujeto que les apuntaba. Noah le miró fulminante.
-Ella necesita ayuda, puedo verlo en su respiración. Estos niños no son de por aquí, jamás los había visto, y en vista de todo, no robaron nada de valor, la comida es importante y valiosa, pero puedo obtener, no, cocinar más, ni siquiera fue sobre lo que no estuviera preparado, el agua del pozo en un bien común, que no se puede robar en tanto que no tiene dueño, así que no veo el mayor problema. ¿De donde vienes chico?
-De las cuevas del noreste, del otro lado del desierto.
Los otros tres sujetos regresaron de su misión, las manchas rojas en su ropa indicaban que, lejos de capturar a su objetivo, simplemente lo habían eliminado ahí mismo.
-Levántate, te llevaré a curarla a ella, si eso es lo que te importa, a cambio mañana negociaremos el pago de la ayuda, y de lo que te robaste. Si no, entonces váyanse, y suerte con tu enferma. -Declaró el sujeto finalmente.
-¿Por qué debería confiar en ti?
-Por que te acabo de salvar el trasero de ese asesino.
Noah permaneció en silencio.
-Vienen del pueblo que esos malditos de las capsulas saquearon, ¿Cierto?
Noah le miró sorprendido.
-No somo enemigos chico, al contrario, sé que no se puede confiar en todos, pero nunca olvides que al menos tenemos un enemigo en común, y eso de momento borra las diferencias principales. ¿No? -El sujeto le estiró una mano verdosa y llena de verrugas.
Noah dudó por un momento si tomarla o no, pero su prioridad estaba clara en ese momento.
-Gracias. -Dijo finalmente desviando la mirada, no tomó aquella mano, sólo envolvió de nuevo a Dáltira en su pesada ropa, la cargó y se puso de pie, acercándose a los demás, con la cabeza baja.
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Memorias del URIUM
Science-FictionNoah y Dáltira son dos hermanos que viven aislados del mundo, dentro de una cueva en un pequeño valle, el cual los mantiene protegidos y ajenos al desconocido mundo que la terrible guerra radioactiva dejó años atrás. Mientras que él es el encargado...