CAPITULO. V "RENDICIÓN"

664 59 21
                                    


ADVERTENCIA: Este fanfic es Michaeng y está clasificado 18+, por contenidos fuertes y/o violentos, así como escenas íntimas de carácter sexual entre dos mujeres. Si este tipo de contenido, no es de su agrado, por favor no lo lean.

Chaeyoung revisaba y organizaba varios pergaminos sentada a la mesa de la austera habitación donde pasaba una gran parte de su tiempo desde que su madre le hubiera encargado esa importante misión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Chaeyoung revisaba y organizaba varios pergaminos sentada a la mesa de la austera habitación donde pasaba una gran parte de su tiempo desde que su madre le hubiera encargado esa importante misión.

Era muy temprano todavía pero ella ya estaba ahí, como todos los días desde que había regresado de Nihon comprometida con una mujer a la que apenas conocía; una mujer que por cierto, la odiaba con todas sus fuerzas y a quien ella había violado en más formas de las que se atrevía a admitir.

Esos días posteriores a su boda, habían transcurrido en una "aparente y rutinaria calma" que aunque no lo pareciera estaba cobrando ya su precio en Chaeyoung. Casi nadie notaba ese sutil cambio, pero alguien muy cercano a ella, si lo había percibido.

La guerrera levantó la cabeza de los papeles que revisaba cuando esa persona abrió la puerta de la habitación y entró sin anunciarse. Katarina estaba ataviada como siempre con un sencillo pero impecable vestido que la hacía lucir regia y elegante aun a esa temprana hora del día. Chaeyoung la miró con una sonrisa; ella todavía vestía unos sencillos pantalones y una camisa ligera en lugar de su uniforme regular de Mariscal de la guardia.

Mirar a su hermana a veces era como mirar lo que ella nunca podría ser.

La otra chica por su parte ni siquiera la saludó; sin quitarle la mirada de encima en ningún momento, rodeó la mesa y se plantó frente a ella. Chaeyoung la miró con extrañeza sin decir, ni pregunta ni nada; esperando que Katarina hiciera el primer movimiento. Su hermana podría parecer frágil e indefensa, pero una aguda y penetrante inteligencia reposaba detrás de esos ojos marrones; una de esas que además estaba aderezada con un dejo maquiavélico de astucia.

Ella muchas veces veía cosas que Chaeyoung fallaba en notar y esa misma mirada estaba ahora posada sobre ella.

-¿Y bien?- le preguntó Katarina con su voz bordeando el límite de la exasperación.

-Y bien, ¿Qué? - le respondió Chaeyoung con estudiada tranquilidad.

-No te hagas la inocente conmigo. Algo está pasando. Algo grave que no me has dicho y no logro entender porque entre muchas otras cosas que no logro entender.-

Chaeyoung podía entender que Katarina estuviera exasperada. No le gustaba no tener un conocimiento exacto y preciso de todo lo que pasaba a su alrededor; ella mucho más que Chaeyoung, se parecía mucho a su madre en ese aspecto aunque en su propio estilo. Al igual que su tía Seulgi, podía parecer pasiva o lejana, pero siempre tenía una visión aguda de lo que realmente ocurría. Y en esos momentos, no saber que estaba pasando y que además, Chaeyoung entre todas las personas no se lo dijera, no le gustaba en lo absoluto.

Ahora y para Siempre | MichaengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora