Sus vidas se unieron por la fuerza. ¿Permanecerán juntas al final por algo más que el deber y la conveniencia? ¿O el destino terminará separándolas? La línea entre la guerra y la paz puede ser tan delgada como aquella entre el odio y el amor.
Adapta...
ADVERTENCIA: Este fic es Michaeng y está clasificado 18+, por contenidos fuertes y/o violentos, así como escenas íntimas de carácter sexual entre dos mujeres. Si este tipo de contenido, no es de su agrado, por favor no lo lean.
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-Fallaste en tu misión... ¿Por qué piensas que YO debo entregar lo acordado...si TÚ no cumpliste lo acordado?-
La voz de la Hegemon del Imperio Ttalgi, que se encontraba pie al centro de sus espaciosas habitaciones de Habeon Castle, era suave y modulada, apenas un susurro en silencio absoluto de la noche en el castillo; todavía faltaban un par de horas al menos para el amanecer y diversas velas estratégicamente ubicadas, iluminaban el espacio dejando algunas islas de sombras en las esquinas más alejadas donde los halos de luz no alcanzaban a llegar.
En una de esas zonas de negrura, a una conveniente distancia de la poderosa mujer ataviada todavía con el manto purpura y blanco que había seleccionado para la clausura de las fiestas del solsticio, se encontraba inclinada, con una rodilla y un puño apoyados en el suelo, una figura aun mas oscura que las sombras.
Ante la pregunta de la Hegemon, la figura levantó el rostro que hasta entonces, había mantenido inclinado mirando hacia el suelo.
Vestía en múltiples capas, completamente de negro donde apenas una delgada ranura sobre el rostro permitía ver unos ojos claros y profundos a la luz de las velas. Con un movimiento ágil y sutil, la figura se descubrió dejando ver un rostro femenino, delicado y fuerte a la vez y un brillante cabello broncíneo.
-Su alteza,- dijo la figura con voz ronca y profunda, -Yo le hice saber que a esa distancia es casi imposible controlar el resultado en esas condiciones...a menos que el objetivo mantenga una posición fija e inmóvil...y que nada se cruce en el camino ya que a la flecha tomaría varios segundos en llegar a su objetivo. Su hija...no, sus dos hijas...se movieron después de que yo disparé.-
-¿Y que pasa con esas insuperables habilidades ninja que me recomendaron? ¿No se supone que deberías haber considerado esa posibilidad?- preguntó Joon-hyun con voz increíblemente suave.
-Lo hice, su alteza,- respondió la mujer mirando fijamente a Joon-hyun, - Por eso su hija no esta muerta...-
-Poco faltó...- dijo Joon-hyun apretando los dientes con los ojos entrecerrados.
La Hegemon se dio la vuelta para aproximarse hasta la pequeña mesa a un lado de su enorme cama de postes recubierta de velos. Al volverse, con el mismo movimiento, arrojó una bolsa negra hacia la mujer ninja quien la atrapó ágilmente.
Ninguna de las dos se movió hasta que Joon-hyun habló nuevamente.