Siempre fuiste tú (Johnlock)

Capítulo Ocho: Reencuentro inesperado

Sherlock tuvo que estar en el hospital durante dos semanas, había despertado allí luego de nuevamente sucumbir ante el uso de drogas, pero su dolor había sido tan fuerte que no pudo evitarlo, él simplemente quería olvidar. Mycroft lo había encontrado y fue traslado de inmediatamente. Durante ese tiempo recibió mensajes de Irene donde le contaba que John había abandonado la Universidad y nadie sabía nada de él, eso estrujó el corazón de Sherlock, sabía cuánto deseaba John ser médico, y dolía pensar en que ya no sería una realidad.

Escuchó la puerta abrirse y cerró los ojos por unos segundos, sabía quién era, durante su hospitalización se había negado a que sus padres lo vieran, pero su madre estaba allí ahora. Se mordió el labio inferior y estrujó las sabanas entre sus manos, no quería llorar frente a ella, sentía que ni siquiera tenía derecho a verla, le había fallado de la peor manera, ¿qué pensaría ella ahora al saber que su hijo era un drogadicto? Seguramente estaría muy decepcionada. Pero cuando Sherlock abrió los ojos y la miró ella le estaba sonriendo, segundos después lo estrechó entre sus brazos y Sherlock no pudo soportarlo más, rompió en llanto y la abrazó con fuerza.

—Fui un completo idiota, mamá —musitó entre lagrimas. La señora Holmes acarició el cabello de su hijo con ternura.

—No, Sherlock, no eres un idiota —le dijo—. Simplemente te enamoraste —como madre sufría al ver a su hijo llorar por quien quizás no valía la pena. Sherlock escondió su rostro en el pecho de su madre mientras lloraba con más fuerza.

—Lo perdí, mamá, lo perdí para siempre. —Nunca vería nuevamente a John, jamás tendría la dicha de ver su sonrisa y sus ojos azules como el cielo, ahora él era parte de su pasado y no sabía qué hacer para aceptarlo.

—Oh cariño, lo siento tanto. —Besó su cabeza. No dijo nada más, le permitió a Sherlock desahogarse, no lo había visto llorar así desde que era un niño y su mascota había muerto. Hubiera deseado evitarle a su hijo el dolor tan grande que estaba sintiendo, pero quería confiar en que lo superaría, ella estaría ahí siempre para apoyarlo.

Sherlock quería quedarse entre los brazos de su madre y nunca dejaros, entre ellos sabía que nada podía hacerle daño, sólo quería dejar de sentir dolor, pero era simplemente imposible, sentía que John se había llevado con él una parte muy importante de su vida, algo que nunca podría recuperar y eso lo destrozaba aun más. Desde ese día Sherlock sobreviviría, porque su vida se había marchado junto al hombre que estaba seguro siempre amaría en silencio.

ooOOoo

Los días posteriores a la salida de Sherlock del hospital trascurrieron con lentitud, todos en casa intentaban seguir con sus actividades y evitar hablar de lo sucedido, era lo mejor. Sherlock estaba mirando hacia el jardín desde la ventana de su cuarto, no tenía ánimos de nada, Irene lo había llamado un par de veces, pero él no le respondió, no tenía caso, él no pensaba regresar a la Universidad, allí ya no había nada que le hiciera ilusión. Sintió el sonido de la puerta abrirse y los pasos inconfundibles de Mycroft, la noche anterior ellos habían tenido una plática y Sherlock tomó una decisión.

—Voy a irme contigo, Mycroft —le dijo, su hermano le había propuesto mudarse con él a su casa en la ciudad—. Ya no hay nada porque luchar aquí. —Se dio vuelta y miró a su hermano, sus ojos que siempre habían tenido un brillo de inocencia y felicidad habían desaparecido por completo.

—Sherlock, yo...

—Tú tenias razón —interrumpió a su hermano—. Los sentimientos solo traen sufrimiento, nosotros no estamos preparados para ellos. —Mycroft hubiera dado lo que fuera por evitarle un dolor tan grande a su hermano, pero había sido imposible.