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Tras terminar de ver la película, Jooheon temblaba descontroladamente. Casi se podían intuir las lágrimas asomando por sus ojos. Era inverosímil que el tipo con el aura más amenazadora que había conocido estuviera encaramado a su brazo derecho, negándose a separarse.

-¿Estás bien?- era evidente que no, pero no sabía qué hacer por él.

-No me dejes solo. Te paso todos los apuntes, te hago de comer durante una semana, te limpio el piso...

Changkyun se compadeció del mayor, quien le rogaba que se quedara con cada célula de su cuerpo. Sabía que se iba a sentir terriblemente incómodo, su valiente coqueteo anterior se había esfumado y volvía a sentirse tímido al lado de él. Pero también era sabedor de lo miedoso que era su mejor amigo.

-Vale, pero suéltame, que se me ha dormido el brazo.

Jooheon aceptó aunque no se alejó demasiado.

-¿Nos vamos a la cama?

El menor lo miró horrorizado.

-¿Q-qué quieres decir con eso?

Su voz salió más aguda de lo normal, haciendo reír al otro, quien aprovechó el momento para dedicarle una mirada seductora.

-¿Qué quieres que signifique?

Una ráfaga de manotazos cayó sobre el brazo del mayor.

-No digas esas cosas.

El color rojizo de sus mejillas delataban el pudor que estaba sintiendo por culpa del mayor. Jooheon se acercó peligrosamente hasta que sus rostros quedaron a un suspiro de distancia.

-¿Otra cerveza?

El de cabello claro se quedó paralizado. Nunca había compartido esa clase intimidad con Jooheon. Tan cercano, tan accesible... Sacudió la cabeza como si hubiera vuelto de un viaje por sus pensamientos, y asintió.

Una tras otra fueron apilándose latas vacías, y sus labios se negaban a dejar de sonreír. Sus cuerpos estaban pegados y, de vez en cuando, alguno de los dos dejaba caer su cabeza en el hombro ajeno.

-Creo que es hora de dormir.

-Pero está muy lejos la habitación- dijo el mayor entre pucheros.

Changkyun fue quien tomó la iniciativa, levantándose y ofreciéndole la mano al mayor. Le arrastró hacia la habitación sin soltar sus manos, gesto que encandiló al pelinegro. Se dejó caer en el armario mientras observaba como el más joven se deshacía de los pantalones.

-¿Te ayudo a quitarte la ropa?

Aunque lo preguntó desde la inocencia, creyendo que su amigo estaba demasiado bebido como para quitarse la ropa y mantener el equilibrio, esa interrogante abrió un abanico de escenarios obscenos en la mente del otro.

-No sabes lo que me estás proponiendo.

Inconscientemente lamió sus labios, haciendo que el joven cayera en su error.

-¿Te molesta si duermo sin pantalones? Es que...

-Changkyun, lo que me molesta es que duermas con ropa- El alcohol le daba la valentía o inconsciencia para ser más lanzado de lo que solía ser con el menor. Trató de acercarse a él, trastabillando por el camino, por lo que tuvo que ser sostenido. Se desnudó como pudo, quedando sólo en bóxer para la tortura de Changkyun, cuyos ojos habían cobrado voluntad propia y se negaban a apartar la mirada del bulto que se intuía. El mayor decidió llevarlo una vez más al límite, jugueteando con el filo de sus bóxers- ¿Quieres ver más?

Bisaster (JooKyun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora