Dra. Ara Ara

Capítulo 2: Ese día lloró

Cuando ella entró al estudio, todos guardaron silencio. Ella sabía que le veían, pero mantenía su mirada fija en su camino; en su estado era algo "natural" tener la mirada de los demás, ella era la actriz más cotizada y a la vez la más "exótica" de entre todo el repertorio de actores. No cualquiera podría contar con las condiciones físicas que ella tenía, y aunque le disgustaban, y la hacían sentir como un fenómeno, fue aquella condición la razón de su fama y el sostén económico de su actual vida.

En algún punto ella tuvo sueños y aspiraciones, cuando era pequeña se imaginaba como una gran reseñadora o una crítica de cine, pero entrar a aquel mundo se había vuelto eso... un sueño. Ella había entendido que debía aprovechar lo que tenía en mano para sobrevivir, para ser alguien, para mantenerse en el mundo, y en eso se convirtió su cuerpo.

— ¡Llegas tarde "Doctora Ara Ara"! —dijo el director con un tono severo, que sin reserva la tomó del brazo y la jaló— necesito que te pongas esa ropa —señaló una bolsa transparente donde se veía una bata blanca— y hecho eso leas el guion, son sólo 4 líneas, dudo que tengas un cerebro tan pequeño para no memorizarlas —dijo eso con un tono despectivo, mientras ella guardaba silencio, acostumbrada— ¡Vamos! Que el tiempo es dinero —apenas dijo eso, soltó una nalgada a su trasero, que resonó en el estudio de grabación.

— Agh... —soltó un quejido, mientras se alejaba con velocidad al vestidor, con la bolsa entre sus manos. Encerrada en aquella cabina, se sentó en el piso, con la espalda contra la puerta, viendo al espejo, mientras sostenía el paquete entre sus manos, miró su imagen fijamente, miró como su busto se marca apretado entre la blusa, sus piernas regordetas que presionaban la falda, dejando ver su ropa interior negra, remarcando su paquete. Miró lo sexualizada que estaba, sintiendo aún presente el roce de aquella nalgada, su rostro se ruborizó.

Sus ojos se volvieron cristalinos, y no pudo evitar llorar.