Capítulo 20: Mi sueño... eres tú

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El sonido de sus caderas empezaba a llenar el cuarto, mientras él también empezaba a jadear sobre su hombro. En ese momento ella estaba perdida en las sensaciones y no satisfecha, bajó su mano derecha a su miembro y empezó a masturbarse. Su mano subía y bajaba, a la vez que se frotaba con el estómago de Psycho, lo cual le causaba a él más placer en cada embestida.

— Por favor... destrózame... —suplicó, mientras con la mano que tenía libre empezó a intentar sacarle la camiseta. Al ver lo intentos desesperados de ella, él por un momento soltó sus manos de sus caderas y se quitó la camiseta para ella, dejando al descubierto su peludo pecho y sus pezones morenos.

Ella se lamió los labios, extasiada, y sintió su cuerpo estremecer, tratando de levantar su cuerpo y con la punta de la lengua lamer uno de sus pezones, mordisquearlo, para sentir como se volvía a hundir en la cama cuando él volvió a arremeter contra ella. Su cuerpo empezó a retorcerse, y estiró sus piernas con fuerza, sintiendo una corriente eléctrica recorrer todo su ser, hasta la punta de sus pies. Su espalda se curvo, mordió sus labios, hasta dejar marcado sus dientes en ellos, con sus manos jaló las sábanas y sintió todo su ser estallar.

Y ahí estaba ella: sudorosa, jadeante, con su cuerpo medio desnudo (la blusa levantada y el pantalón en los tobillos), sus piernas apenas reaccionaban, y su mirada quedó perdida en el techo, sintiendo la soledad de su habitación, vio sus manos, hechas un desastre. El semen de su miembro había estallado en su vientre, y lo demás de su ser estaba escurriendo.

— Fue casi real... —susurró, y con el antebrazo derecho, mientras sus fluidos escurrían de sus dedos, ella empezó a llorar— ¿¡Por qué!? ¿Por qué? ¿Por qué me tenía que enamorar de él? —dijo para sí, despertando de su fantasía, cayendo en su nueva y patética realidad.

Dra. Ara AraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora