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"Esquizofrenia: un trastorno mental causado por una anomalía en los procesos cognitivos y por una pobre respuesta emocional. El afectado sufre de alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad. 

TID: El Trastorno de Identidad Disociativa, o Trastorno de Personalidades Múltiples, es un desorden de la identidad. La persona afectada por este trastorno desarrolla más de una personalidad y muestra diferentes conductas y comportamientos en distintas situaciones."

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México:

En mi mente se hayan esas horribles y molestosas voces, que me aturdían y dejaban un leve mareo.
Caminé hasta llegar a mi aula correspondiente, entrando al lugar con prisa a llegar a mi mochila.

"Apúrate" "Tienes que hacerlo" "mátalos basura" "Mátalos, ajjaudjajajaua" "te quieren matar, mátalos antes que ellos lo hagan" "basura" "te odian, te odiamos" "shuuuuuuuubajjauaquuqua mátalos, escoria te odio ajchkajq jajajajqjq"

Mis uñas se aferraron a mi cabeza, sintiendo así como éstas se clavaban en mi cuero cabelludo, lastimandome poco a poco, al punto de dejar la marca con tonos rojizos. Mi mano libre topo fuertemente mi asiento, sonando por todo el salón. Afortunadamente los castrosos de mi clases no se hallaban ahí. Tomé mi mochila bruscamente, ya sintiéndome abrumado, desesperado y cansado de las voces que resonaban en mi asquerosa mente.
Corrí lo más que pude hasta llegar al comedor de la escuela, tratando de alejar esas voces, no salían de mí no me dejan,

—¡YA BASTA! DÉJENME POR FAVOR.

grité cayendo rendido al suelo, sujetando mi cabeza con ambos brazos, apretando fuertemente los ojos, quería que me dejen en paz,

-¡Váyanse, déjenme, basta!

Repetía con bajo volumen, enterrando mis dedos en mi cabello, haciendo que estos casi abandonaran mi cabeza; una mano y una voz, me sacaron de mi burbuja, mi paranoia creció, arrebatando tal extremidad de mi cuerpo, al punto de lograr quebrarle el brazo a dicha persona.
Abrí los ojos con sorpresa, tragué grueso y me alejé, mis piernas temblaron casi cayendo al intento de correr, pero lo logré. Entré a la cocina, escondiéndome en el lugar más remoto de la habitación. Podía escuchar de nuevo esas jodidas voces, unas halagandome y felicitandome por lo que había hecho, las demás odiandome y haciendo de mi existencia una mierda.

Los bullicios en la cafetería era más fuertes, combinados con las voces en mi cabeza, lo único que faltaba era que perdiera esta misma. Un rato después, las palabrerías de afuera habían cesado, suspiré aliviado y me levanté de mi asiento, el sucio suelo. Tomé mi mochila y la coloqué por adelante, dejando así la facilidad de abrirla sin quitarla de mí, un instinto sumado con las voces, me hicieron tomar unos utensilios, mayormente cuchillos filosos.

Con mucha tranquilidad fingida, salí de la cocina, percatandome de las miradas sobre mí al salir. Caminé hasta la salida, llegando a la única puerta de salida, con todas mis fuerzas aseguré el lugar, así nadie podría salir sin probar un poco de mí.
La demencia y el poder ver a las personas rogar por su vida me llenaban, quería matar, debía hacerlo, esa voces deben cesar y sé cómo hacerlo.

"Házlo".

Con una sonrisa muy sádica y muy rara para la vista de los demás, saqué el arma de fuego de mi mochila, primero apunté hacia una chica, se encontraba en la mesa junto a mí y disparé, disparé hasta reventarle el cráneo, haciendo el cometido viendo desde mi posición los sesos salir de su lugar y la sangre esparcirse, manchando todo a su paso.
Sonreí cínicamente, para luego soltar una risa, inexistentes en mí. Me acerqué al lugar de mi reciente asesinato, embarrandome la sangre en mi cuerpo, manos y cara, lamiendo un poco.

''''I will remain in your consciousness'''' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora