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México.

Luego de que el estadounidense saliera de mi habitación, tiré mi cuerpo hacia atrás, sintiendo la delicadeza del colchón y sábanas. Solté un suspiro, llevando ambas manos a mi rostro dañado, estas mismas apretaban sin fuerza mis mejillas.
Sin la presencia de USA aquí, me sentía más tranquilo y menos culpable, ahora tendré que ir a la cárcel por mi estupidez.

"Vaya, te diste cuenta que no vales nada y es mejor que te pudras en la cárcel. Hijo de puta".

Gruñí, oyendo la voz cerca de mí. Con algo de pánico, miré la habitación analizando y buscando el causante de esas palabras, confundido bajé mi mirada, apretando las sábanas al despegar mis extremidades de mi rostro.

—Basta ya, no quiero seguir escuchando. Salte de mí, vete. Déjame en paz.

Mordí mis labios a causa de la desesperación y angustia, subí mi mirada al oír la puerta ser abierta y seguido, cerrarse.
Dirigí mi mirada a aquel punto, encontrándome con un chico, alcé mi ceño, denotando nerviosismo, estaba desconcertado. 

Abrí mi boca, pero su voz me interrumpió.

—¡Hola, México! ¿Cómo estás? Ah, ignora mi pregunta soy un tonto, me presento. Soy Rusia y estás bajo mi cargo y también bajo el de USA, ya sabes por qué estás aquí, eso es obvio. Soy un médico, tu psiquiatra.

*Sonreí levemente, ¿Psiquiatra? Yo para qué madres necesito eso. Bueno, cómo sea, ignoré sus anteriores palabras y continúe analizándolo, este chico es bastante sexy, joder.

Estiré mi mano al notar que él estiraba la propia,-al terminar su oración-, en señal de estrecharla, envolví mi mano con la suya, sintiendo la calidez y suavidad que su piel emanaba.
Un escalofrío me recorrió por completo, haciendo mi piel chinita, ignoré este hecho y proseguí a hablar.

—Soy México, señor Rusia.

Enganché una sonrisa, al punto de cerrar levemente mis ojos, observé su rostro y demás, realmente este médico es guapo.
Moví mi cabeza por mi pensamiento, para luego prestarle atención*.

—También espero llevarnos bien, doctor.

Pov's

Habían pasado exactamente una semana desde que ocurrió el tiroteo por México, una semana donde Rusia se había presentado con el mexicano y ayudado a recuperarse, obviamente evitando el tema de su problema mental, habrá tiempo para hablar claramente con él.

El eslavo terminó de ordenar papeles y diagnósticos de su paciente, era el día del juicio y ver qué tal le va a el menor hoy. Tendría que evitar que vaya a prisión, era necesario para la salud de él y de todos.
Salió de su oficina, sin antes echarle un vistazo a la habitación y asegurarse que no olvidaba nada.

Por otro lado, México había salido del hospital nada más para ir a ese lugar, esperaba con ansias su sentencia y si tenía que cumplir mil años, lo haría. Sus padres habían llegado con él y su hermanito, juntos irán hacia ahí.

Rusia tendría que intervenir luego de la audiencia, tendría que convencer solo al juez, sería algo complejo pero lo lograría, todo por EU, todo por ese niño.

~~

México suspiró derrotado, ya no había nada qué hacer, su abogado había perdido contra la familia de las víctimas, era lógico ¿no?, había matado y lastimado a varias personas.
Su mente no dejaba de culparse y tener esa sensación de desprecio, bajó su mirada, cerrando sus ojos, aceptando por completo su pena.

Salió junto con su familia y abogados, sentía el ambientes pesado, angustiante.
Él se encontraba en silla de ruedas, era bastante obvio, su condición no le permitía caminar, la herida no sanaba del todo. Se encontraba aislado en lo más remoto de la habitación, puesto que su padres se hayaban resolviendo su problema con las demás personas, incluso USA se encontraba ahí.

''''I will remain in your consciousness'''' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora