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México.

Un pitido fue el causante del fuerte dolor en mi cabeza, por obvias razones abrí mis ojos, lo hice lentamente evitando que la luz entre en mis pupilas y demás.
Coloqué una mano sobre mi frente, haciendo una pequeña sombra arriba de mis pestañas, así evitando la luz. Me removí, algo confundido, recuerdo haber estado en la universidad y ahora siento algo suave debajo de mí.

Llevé mi mano libre a un lado de mi cuerpo, sintiendo un colchón. Abrí mis ojos por completo, ahora visualizando y analizando el lugar, estaba en una habitación blanca, postrado en una cama. Me senté, llevando mis dedos a la puente de mi nariz, sobando éste.
Deduje que estaba en un hospital o algo así, me levanté apoyando ambas manos en la cama, sintiendo el horrible dolor en mi cabeza y parte baja de mi estómago.

Un jadeo de dolor salió de mí, vencido por el esfuerzo, me tiré suavemente en el colchón, dejando caer mis párpados, tapando mi visión.
Los recuerdos llegaron a mí, como balde de agua fría cayeron en mi persona, sintiéndome mal por lo que había hecho. Por inercia llevé mis manos a mi cabeza, con el propósito de golpearme pero vendajes me detuvieron, ah joder.

Miré hacia un punto en la habitación, luego de abrir por segunda vez mis ojos.
Las voces llegaron de nuevo a mí, no no basta ya.

"Eres un ser asqueroso. ¿Cómo pudiste matar a esas inocentes personas?, Monstruo, ASESINO MÁTATE MÁTATE. TORPE, DESAPARECE PORQUERÍA TE ODIO TE ODIAMOS, TE ODIAN BASURA MUÉRETE AJAJAJAJAJAJAJJAUAUVJA"

Ya basta, ya basta. Sin darme cuenta, me golpeé tan duro en la cabeza, frente y finalizando con enterrarme las uñas en mis mejillas, al punto de que éstas me hicieran daño. Pequeñas gotas de color carmín bajaron por mis mofletes, mordí mis labios.
El miedo y desesperación me llenaron, las voces y el dolor combinado era un tormento.

—¡YA BASTA YA BASTA POR FAVOR CALLENSE CÁLLATE BASTARDO AAAAAAAASH!

con dolores en varias partes de mi cuerpo, pataleé y golpeé la cama, sintiendo como mi anatomía impactaba con el frío suelo, un escalofrío me recorrió y el dolor empeoró.
Lágrimas y sangre bajaban por mi rostro para perderse en mi cuello y torso; cómo pude, logré levantarme no por completo, dejé mis rodillas chocar con el suelo y mis manos apoyadas en la cama, escondí mi rostro en las sábanas, me importa poco los fluidos de mi cuerpo.

—por favor, paren ya. No fue mi culpa, fue la suya, ustedes me obligaron.

Sollocé, desperado por mi actual situación. Mordí mis labios como había hecho anteriormente, pero esta vez más fuerte, lastimandome de nuevo.
Mis lamentos fueron detenidos por el sonido de la puerta ser abiertas, ignoré este hecho por unos momentos, pero una mano en mi cabeza fue el causante de dar un pequeño brinco, tratando de subirme a la cama. Con desesperación y miedo, apreté los ojos sin ver a tal cosa que había entrado, rápidamente me volví bolita sobre la cama, cubriendome el cuerpo.

—que se vaya, que se vaya, que se vaya. Vete, vete.

Decía mientras colocaba mis manos en mis oídos, aumentando el dolor en mi pobre cuerpo y las voces, se sentían más cerca, más lúcidas. Lloriqueé, mi cuerpo temblar y el temor invadirme, sentía que en algún momento esa cosa o persona que me había tocado me haría algo, verme sufrir.

—México, basta. Soy el oficial EU, venía a verificar si estabas despierto.

Pov's.

El americano salió de la oficina del médico, cerrando la puerta con delicadeza. Suspiró pesadamente, masajeó su frente, estaba cansado de lo mismo, ya era normal que este chico se metiera en problemas en la escuela y en su vecindario, pero hacer tal cosa, nunca llegó a pensar eso sobre el menor, debía admitir que estaba sorprendido, molesto, decepcionado, un remolino de emociones. Pobre chico, qué vida la suya.
Se dirigió hacia la habitación donde se encontraba México, lo habían dejado a su cargo, tendría que cuidar que no huyera, porque era obvio que había asesinado y con sus demás cometidos anteriores, iría preso seguramente, pero la información le habían dado momentos antes, tendría que ayudarlo a que no sea así.
Se detuvo al llegar frente a la puerta, tomó la manija y suspiró, tendría que decirle a México sobre su situación, sería difícil.

''''I will remain in your consciousness'''' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora