Capitulo 4

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Narra Daniel*


Ha pasado una semana desde mi llegada al internado,en estos días han pasado varias cosas que han llamado mi atención. Primero que todo, las clases de 7 a 3 no fueron muy diferentes a unas clases convencionales pero lo que más me extrañó fueron nuestros maestros porque todos eran mujeres y eso en un salón de tan solo hombres es muy raro...


Segundo, en las comidas que nos dan me ha parecido percibir constantemente como ese polvo que mencione en la primero cena y aunque no es desagradable me puse a pensar qué ingrediente puede ser que encaje en todos los platos para que siempre nos lo den.


Tercero y no menos importante , las clases especiales, sinceramente si me preguntan no sabría decir muy bien que es lo qué pasa en ellas.


El primer día cenamos bien temprano e hicimos las clases normales, al acabar almorzamos y después de eso me llevaron por un lado del instituto el cual no había visto antes hasta llegar a un cuarto, este era un poco pequeño, era todo blanco y tenía en él solo una cama y dos asientos para mi y para la maestra. Allí mismo la maestra se presentó.


Maestra: Mucho gusto Daniel, yo soy Miss Alice y yo seré la encargada de llevar tus clases especiales, ahora lo primero que voy a hacerte son una preguntas


Estuvo una cuántos minutos preguntándome un par de cosas, principalmente gustos, opiniones y alguna cosa personal.


Miss Alice: gracias por responder todas las preguntas, ahora ya podemos comenzar


Daniel: y que se supone que tengo que hacer en estas clases?


Miss Alice: oh de eso no te preocupes, nosotros haremos todo por ti


Daniel: creo que no estoy entendiendo


Miss Alice: no te preocupes solo haz lo que te digo y todo saldrá bien


Daniel: ok...


Miss Alice: bien ahora lo que necesito es que te pongas estos audífonos y te recuestes en la cama

 

Daniel: que, para que?


Miss Alice: esto te ayudará a relajarte y a desestresarte por las clases, ahora hazlo


Hice lo que me pidió, me recosté en la cama y de ahí me puse los audífonos, podía escuchar como una música de fondo, era muy relajante y en pocos minutos sentía que estaba por caer dormido, pensé que eso no era parte de la cesión y traté de pararme o quitarme los audífonos para no dormirme pero nada, parecía que estaba en un trance y me terminé quedando dormido. Mientras estaba dormido podía percibir como si me estuvieran diciéndome algunas cosas aunque no podía distinguir el que.


Tras eso me desperté, había acabado la clase, la Miss me dio las gracias y me llevaron de vuelta a mi habitación. He de decir también que después de la sesión por un momento tuve una sensación rarísima, no podía entender el porqué pero sentía que salí de la sesión como una persona diferente, no se porque pero simplemente sentía que yo ya no era yo. Igualmente tras un tiempo la sensación se fue y me sentía normal de nuevo pero realmente me dejó perplejo esa sesión.


Ya para acabar el día era hora de elegir las dos actividades extra que íbamos a realizar, fuimos hasta un salón en el que nos propusieron todas las actividades, estas iban desde deportes como el fútbol, basket, tenis o hasta otros menos físicos como el ajedrez. Yo me terminé decidiendo por natación y tenis, principalmente porque yo me considero un buen nadador y sé algo de tenis por lo que sería más fácil para mi.


La primera clase fue la de tenis, nos llevaron afuera del edificio, había un gran campo que sería donde haríamos los deportes y aunque igualmente estaba cercado y cuidado era hasta ahora la mejor vía para intentar escapar aunque soy consciente de que tendré que pensar un buen plan. La clase fue relativamente normal aunque nuevamente la instructora era una chica y bastante exigente además.Al terminar esa clase un chico se me acercó, su nombre era Fernando.


Fernando: Hola, estoy en el mismo grupo que el tuyo, tu nombre es Daniel verdad?


Daniel: Ah si, hola, tú eras Fernando verdad?


Fernando: Efectivamente, ese soy yo


Lo recuerdo de cuando nos presentamos, era dos años mayor que yo y también bastante más alto (medía 1.80) ,ademas tenía una complexión algo atlética. Me acuerdo que cuando se presentó se le veía bastante seguro de sí mismo y hasta algo sobrado.


Fernando: Quería proponerte algo,-empieza a hablar bajo- me he fijado que constantemente estás mirando la muralla y los guardias, quieres escaparte no?


Daniel: Pues si, estoy pensando en una posible ruta de escape, pero no solo tengo que escapar yo, tengo que ayudar a mi hermano pequeño también


Fernando: Ya veo, mira yo también tengo pensado escapar así que lo mejor será que cooperemos en buscar el escape de nosotros y el de tu hermano también.


Daniel: Claro, será mejor si trabajamos juntos


Fernando: ok, si tienes algo que pueda ser útil avísame, ahora será mejor que dejemos de hablar antes que sospechen algo


Daniel: Está bien, nos vemos


Tras acabar fuimos directos a natación, nos dieron un clásico traje de baño negro para hombres y nos metimos a una piscina que se encontraba en un lugar cerrado. La clase fue normal y no pasó nada importante.


El resto del día la pase en mí cierto pensando en muchas cosas: vías de escape, como estará mi hermano, porque mi madre nos trajo de la nada aquí, porque este lugar es tan raro, etc. Para acabar el día cenábamos y poco después ya teníamos que irnos a la cama.


Esa fue la rutina de la primera semana, las clases especiales siempre que terminaban me dejaban esa extraña sensación, y eso me empezó a asustar. Con Fernando no pude hablar mucho más por el riesgo que nos atraparan .


Hubo ciertas cosas que noté al finalizar la semana en las que no me había fijado antes. Primero me di cuenta que me sentía como más ligero que antes, sentía un leve dolor en el pecho que no había sentido antes y también mi pene extrañamente parecía algo más pequeño de lo normal. Pensé que la ligereza se debía a la nueva alimentación, el dolor de pecho como era algo leve no le preste demasiada importancia, en cuanto a o lo de mi amigo me exalte bastante pero supuse que era solo la percepción y ya.


Por último también me di cuenta que el olor del shampoo y el jabón de baño tenía cierto toque femenino como a fresas y melocotón, al comienzo no era muy notorio pero al finalizar la semana me di cuenta que olía como una chica, ademas que el shampoo parecía tener algo especial pues mi cabello estaba más sedoso y limpio que nunca. Aunque no me agradaba esto solo pensé que sería una casualidad y no me quedaba de otra más que aguantar hasta poder fugarme de este lugar.

El internado TGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora