6 años.
-No me toques.-sollozo, después de eso no recuerdo nada.
7 años.
-Pórtate bien maddi, ella te cuidará, cuando termine la carrera nos iremos a casa.-dice mi hermano mayor dándome un beso en la frente.
8 años.
-Abre la boca maddi, sabes que es...
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¿Ahora que hago?
¿Ir con mi abuela? No, la pondría en riesgo.
¿Thomas? Ni siquiera hablamos, aparte es muy probable que me enviaría otra vez con el.
¿Mis amigos? No. Para sus padres sería raro verme de la nada.
—¿En que tanto piensas?—pregunta una voz a mis espaldas.
¡Me lleva la que me trajo!
¿Mierda que hago? Ni siquiera soy capaz de voltear.
Siento como mis manos empiezan a sudar, mi respiración empieza a acelerarse. Quiero moverme pero mi cuerpo me lo impide. No necesito voltearme para saber quien es, reconocería esa voz en cualquier lugar.
Jayden Harries.
¿Como carajos me encontró si solo han pasado 5 horas?
Escucho pasos acercándose a mi lo que hace que empiece a tener más miedo que antes.
Cuando ya está frente a mi puedo ver lo relajado que está, hasta se tira en la cama.
—¿Que haces en un hotel al otro lado de la ciudad maddison?—pregunta en un tono fuerte y totalmente serio. Esta enojado, ya que nunca me llama por mi nombre siempre me dice cielo.
No respondo.
—Te lo repito ¿qué haces en un hotel, con un bolso lleno de ropa, tu celular y supongo que no estarás sin dinero, por que se bien que retiraste una gran cantidad en la mañana?—esta vez eleva su tono de voz.
Oh no, podré ser muy paciente pero odio que me eleven el tono de voz o me griten.
—No me levantes la voz.—respondo únicamente eso, lo que al parecer hace que su enojo suba.
Se levanta de la cama y se postra delante de mi.
Es alto y su figura es impotente e intimidante pero no por ello dejaré que me intimide, así que levanto mi cabeza y lo miro fijamente a los ojos escondiendo todo rastro de miedo.
Si me va a matar será con la frente en alto por qué prefiero no comprar los últimos tacones de Jimmy choo que morir con la mirada en el piso.
Él parece sorprenderse con mi tono de voz.
—Que haces aquí cielo?—pregunta en un tono pasifico.
—Nada.
Suelta una risa nasal—¿Nada?
—Que te importa Jayden.—respondo desmostranto mi enojo, me enojo con él y conmigo misma por no ser más lista.
—¿Como que que me importa? Eres mi esposa maddison y estás huyendo de mi.—responde incrédulo.
—Por contrató.—le recalcó eso parece hacer que se enojo empeore.
—Se lo que viste.—confiesa.
El miedo vuelve a mi pero intento calmarme.
—Creo que esa es tu respuesta de por qué huí.
En los meses que llevábamos juntos habíamos creado una linda amistad con una gran confianza.
—Se que debí decirte sobre mi enfermedad mental pero te juro que lo último que quería en ese momento era asustarte. Aparte cielo llevo desde que nací con mi ella sé controlarme y también estoy medicado siempre, las pastillas que me viste tomar aquella vez no eran vitaminas son para tenerme controlado, llevo una vida totalmente normal con ellas.—me explica.
—Lo que leíste era mi yo de niño cuando aún apenas acababan de diagnosticarme claramente era un niño agresivo y tenía una vida complicada de pequeño está hacía que mis emociones siempre empeoraran hasta el punto de hacerme tener episodios de psicopatía. También tengo TOD pero en el diagnóstico lo hace sonar horrible y no es así, solo me obsesiono con el orden y de vez en cuando tengo gustos y me aburro de ellos rápidamente pero no son personas son objetos.—termina de explicar, en su rostro demostraba sinceridad pero no debo ser ingenua, un psicopata puede mentir a la perfección.
—¿Por que no me lo dijiste desde el principio?
—¿Habrías aceptado el contrato?
No respondo por qué claramente no lo habría hecho.
—Vamos a casa cielo.—me dice para después levantarse y tomar mi bolso y guiarme hasta la salida de la habitación.
Pero antes de que salgamos cuando el ya está afuera de la puerta le quitó mi bolso.
—No volveré a tu casa Jayden.—le digo para después estampar la puerta en su cara.
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Ya habían pasado dos semanas desde que me fui de la casa de Jayden, no tuve que preocuparme por el dinero ya que él antes de irse pago un mes del hotel con todo incluido.
No me había ido del hotel ya que algo me había quedarme ahí, tengo cero sentido del peligro hasta cuando estoy apunto de morir.
Regularmente me enviaba rosas con notas, todos los días llamaba cada rato y también me mandaba mensajes pero nunca los contesté, ni tampoco lo haré, no quiero volver a la casa de un maldito psicopata que puede matarme y ocultar mi cadaver muy fácilmente.
Escucho que tocan la puerta así que me levanto para abrirla y lo que me recibe es un enorme ramo de rosas con una nota que únicamente dice:
¿Cómo estás? ¿Cuando volverás a nuestra casa? En verdad lo siento.
¿Nuestra casa? Dirá su casa, nada de esa casa me pertenece es únicamente suya.
No tengo nada que perdonar, pero de igual manera no volveré, cumpliré mi parte del contrato pero también protejo mi vida y ir con un psicopata no es quererla ni un poco y ya sé que él se medica pero eso no me garantiza que un día lo haga enojar tanto que él acabe matándome a golpes.
...
Holaaa Perdón por no haber actualizado es que el colegio me tenía muy ocupada ni siquiera tenía tiempo para dormir.