En 9 meses || Kookv/Hopev • Omegaverse [Finalizado]

Capítulo 44: Voz de mando

Dos alfas y un beta eran llevados en una patrulla siguiendo a otra donde el rubio y su contacto en la policía iban analizando el caso y las posibilidades de que el omega estuviese bien.
Hoseok miró desesperado la pantalla de su celular dónde Namjoon le mandaba la información recibida por los demás oficiales.

El alfa estaba tan alterado y preocupado por Taehyung y el cachorro, ¿Qué tal si se le adelantaba el parto por la idiotez de esa omega.?
Su paciencia al igual que la de Jungkook estaban a casi colapsar y su cordura colgaba de un hilo, su cachorro y destinado volvían a necesitar de él justo cuando ya se había dado por vencido ante el karma, sufriendo en carne propia el rechazo de su pareja destinada.

¡Vaya maldito y terco destino que los volvía a unir sólo para lastimarlos más.!
---¡Ahí está.!---exclamó en voz alta el pelirrojo cuando un mensaje en particular hizo su corazón latir como loco y a sus acompañantes girar rápidamente hacia él esperando una respuesta---Una persona a las afueras de la ciudad reconoció a Tae, lo vió cuando lo llevaban dentro de una casa... Ya lo tenemos---esas palabras hicieron suspirar aliviados a todos por unos segundos.
---Bien, ahora sólo queda negociar con la loca y mi hermana---Jungkook giró hacia el menor y este pareció notarlo---¿Qué pasa, Jeon.?
---¿Qué posibilidad hay de que el cachorro que espera Minha sea de Jingjae.?---la mirada triste, preocupada y desilucionada del pelinegro dió un apretón en el corazón del peliblanco haciéndolo suspirar con pesar antes de mirar con compasión al alfa.

---Pasaron todo el celo de Jing juntas, 2 días completos, lo siento Jeon pero no creo que sea tuyo---el silencio inundó la patrulla de nuevo haciendo suspirar con pesadez al pelirrojo y al oficial que conducía.
---Estos niños de ahora---se quejó bajando el vidrio de la ventanilla, el aroma a desesperación, tristeza y rencor lo estaban ahogando a pesar de ser un beta.
Mientras llegaban a la casa de la testigo oficiales vigilaban de cerca la residencia sin levantar sospechas o llamar la atención, o al menos eso intentaban.
---¿Todo bien.?---preguntó Jingjae mirando a Minha cargar su arma mientras sus hombres se movilizaban.

---Hay movimientos extraños de la policía en toda la ciudad y sus alrededores, será mejor no bajar la guardia---respondió con simpleza guardando su arma en el bolsillo de sus ajustados jeans.
La pelinegra asintió antes de volver a mirar donde quedaba la habitación del castaño.
---Ya despertó desde hace unas horas pero gracias a los amarres de sus brazos no puede llegar a moverse o lastimarse.
---¿Y qué.?---exclamó indiferente guiando su mirada desinteresada a otro lado---Si se lastima y sufre o pierde al cachorro por mí bien, no me importa en lo más mínimo.

---Eres realmente mala Lee Minha, él está en cinta a casi nada de dar a luz, no podemos exponerlo a situaciones estresantes, iré a verlo ya y le explicaré que debo llevarlo a Japón por su seguridad---la castaña tomó del brazo a la alfa negándose rotundamente a ese plan.
---Tenemos que planear cómo sacarlo del país sin que se den cuenta, luego irás a verlo---un pesado suspiro escapó de los labios de Jingjae mirando con molestia a la omega pero finalmente siguiéndola hasta la habitación que indicó.
---Habla de una vez Lee.. ¿M-minha.?---exclamó sorprendida de que la castaña la empujara contra la cama haciéndola caer con ella encima---¿Q-qué demonios haces.?---jadeó sintiendo unas pequeñas y suaves manos colarse en su ajustada blusa.

---Si te dijera que voy a dejar a Jeon una vez ponga todo a mi nombre.. ¿Querrías estar conmigo y tu cachorro.?---susurró la castaña llevando sus manos hasta los pechos de la pelinegra mientras se acomodaba sobre su pelvis provocativamente.
---¿Q-qué.?---jadeó confundida por el repentino cambio de actitud de la omega.
---Déjame acabar con el omega y su hijo bastardo, juntas tú y yo podríamos disfrutar de la riqueza de los Jeon en cualquier país que quisieras Jingjae.. Piénsalo, tú, yo y nuestro cachorro..---molesta la pelinegra cambió las posiciones dejando a la omega contra el colchón sin llegar a aplastar su vientre.