Ya era media noche y la casa estaba casi vacía, todos los invitados se habían ido, solo quedaban los que iban a jugar aquel supuesto "Juego", lo cual, eran unos diez o quince chicos. Algunos los conocía, otros los había visto varias veces en los pasillo, y otros ni siquiera se si por lo menos estudian en nuestra misma escuela.
Todos subimos a la planta de arriba, donde había un gran salón, bastante organizado y limpio, ¿Era como una segunda sala?, tal vez, se veía similar, había sillones al rededor, cuadros, un televisor enorme, y puertas que váyase a saber a donde llevaban.
Todos se acomodaron en un círculo en medio de la sala, por un momento pensé que quizás invocarian un demonio y por eso la excusa del juego. Estaba apunto de irme, pero antes que lo hiciera Naim me tomó del brazo y me jalo hacia el círculo, tomando asiento de mala gana justo a su lado y al costado de un chico de rizos y rostro perezoso.
—Bueno, todos conocen las reglas, el que lo señale la botella tiene que hacer cumplir con lo otorgado por el que la giro. Se vale todo, así que no los quiero ver freseados por que los mando a volar de mi casa de inmediato. —Dijo, sonriendo de manera cínica, me asusté un poco. Todos asintieron— ¿Quien empieza? —Pregunto, dejando la botella de gaseosa en medio de todos.
—Yo. —Dijo el chico a mi costado, para inclinarse un poco y tomar la botella y girarla.
—Muy valiente de su parte, Ralf. —Le guiño un ojo al chico, este solo sonrio y detuvo su vista hacia la botella que ya empezaba a parar.
La punta de la botella se detuvo en un chico, más específicamente en Carlos Ferreira, el capitán del equipo de fútbol de nuestra escuela. Note como una sonrisa maliciosa se dibujó en el rostro de aquel chico Ralf, lo cual me causó un poco de miedo, quizás era otro de los chicos que odiaba a Ferreira, no era muy amado en la escuela.
—Carlis, Carlis, ¿Verdad o reto? —Cuestiono, recargandose en sus propios codos.
—Verdad. —Fue lo único que respondió Ferreira.
—¿Es verdad que te acostaste con casi todos los miembros del equipo? —Los aullidos de los demás no se tardaron en escuchar. La cara de Ferreira estaba extremadamente roja con su ceño fruncido, supongo que no le agradó mucho aquella pregunta.
—No pienso responder esa mierda. —Sentencio cruzándose de brazos.
—Carlos, tienes que hacerlo, de eso trata el juego. —Se unió Darian.
El chico se cayó unos segundos y después suspiro— Solo fueron tres... —Dijo casi en un susurro.
—¿Quienes? —Pregunto Ralf colocando sus manos en su barbilla.
—¡Esa ya es otra pregunta, es trampa! —Vocifero Ferreira señalando a Ralf como si fuera un niño pequeño.
—Si Ralf, solo es una pregunta, para la próxima, bebé. —Le mencionó Darian, guiñandole un ojo y después devolvió su vista a la botella— Carlos, vas tú.
De Carlos siguió otro chico, de ahí una chica que no recuerdo el nombre, y así sucesivamente con todos los de alrededor, raramente no me había tocado, lo cual estaba aliviado ya que no quería cumplir ningún reto estupido. Un susto que lleve fue cuando pensé que la botella me iba a apuntar a mi, pero no, al final termino apuntando a Orson, el cual no tuvo más reto que besarse con Naim, fue muy gracioso en sí, por que si no se hubieran separado Orson le hubiera comido la boca.
Después de eso, de Orson pasó al chico ese Jan, el cual lo único que le hizo hacer fue que se pusiera limón en los ojos, ahora me imagino al pobre chico llegando a su casa como si hubiera fumado tres kilos de marihuana. Los retos de Orson a veces solían ser un poco extremos y excesivos.
Y a él le tocó a Darian, lo cual, lo único que hizo fue preguntarle si le gustaba alguien, la chica respondió que le gustaba el ¿Jardinero?, si era un poco raro, pero cada quien sus gustos, a decir verdad me valía mucha mierda.
—Vamos botellita no me defraudes. —Susurro Darian, para empezar a girar la botella. Esta giro unos segundos por todos el alrededor, y mi miedo creció cuando vi como la punta paraba enfrente de mi. Su puta madre— Libardo, Libardito, que suertudo que eres. Vamo' a ver. ¿Verdad o reto? me cuestiono colocando sus manos en su barbilla.
Analice mi próxima respuesta unos segundos, no quería responder verdad, no me gustaría contar algo privado mío y que quede como un idiota el resto del año, pero tampoco quería responder reto ya que no quería hacer algo de lo que después me arrepentiré. Aunque, siendo sinceros prefiero hacer algo estupido, a confesar mis secretos más privados, tenía cosas que guardarme y conozco a los que están a mi alrededor, bueno no a todos, pero conozca a los que conozco se que no va a pasar por alto si llego a decir algo... Mío.
Así que no tuve más opción, prefiero perder mi dignidad de manera sutil.
—Re-Reto. —Tartamudee nervioso. Ella sonrio en grande y después giró su vista hacia al chico pelinegro, que tenía los ojos extremadamente rojos por el reto de hace rato. Yo trague duro, ¿Y si me hace besar con el puto chico?, Creo que estoy empezando a arrepentirme de mi respuesta.
—Libardo, yo te reto; A pasar siete minutos en el paraiso con Jean.
Nohe-
