⌒. ·˚༘✧ Sorry, really i'm sorry ೃ࿔ [ Giyuushino ] ◌ ⁺ ˖˚

03

- ¡Eres un idiota! ¿Por qué rayos comenzaste a correr cuando te hablé? ¡Quería caminar contigo al Instituto, no perseguirte! - tal y como reprochaba Kochō, el azabache al notar la presciencia de la femenina comenzó a correr, tratando de huir de ella, después de todo, no sabía que intenciones tenía, pero vaya que había sido cansado correr la larga distancia de su casa hasta la escuela sin pausa alguna.

- ¿Por qué creés que me gustaría caminar contigo? No pienso aguantar más tus insultos - desvío la mirada, mostrando desinterés y divisando a lo lejos a su amigo Sabito, quién se dirigía a él con una mueca de preocupación al verlo con Shinobu.

- ¡No pienso molestarte más! ¡Pero tampoco me dejas acercarme a ti! - inflaba las mejillas con algo de frustración en su tono, pronto llegó Sabito.

- Eh, Shinobu, dejá en paz a Giyuu, es demasiado temprano para que comiences a molestarlo - se posicionó frente a la mencionada, con un semblante firme.

- ¡Tomioka puede hablar por si mismo! Además, no tengo intenciones de molestarlo, pregúntale más bien qué me hizo de camino aquí - suspiró resignada. - Y toma, si eres su "mensajero y guarda espaldas" dale esto, pensé en traerle el almuerzo y no quiero que me haga correr por toda la escuela cuando intenté dárselo - hizo una pausa, sacando un bentō envuelto con un pañuelo azul con detalles morados, dejándolo en las manos del joven de cabellos durazno. - Y por si me creen tan mala persona, no, no tiene veneno o algo que le pueda hacer daño a Tomioka...- fue así que dió media vuelta para entrar a la escuela.

- ¿De qué tanto me perdí? - mencionó Sabito, atónito por lo que sucedía y Giyuu estaba igual que su amigo ¿Ya no lo iba a molestar y prendía ser su amiga? ¿Debería de creerle? No quiso darle más vueltas al asunto, por lo mientras, tendría que darle un pequeño recuento a Sabito de lo que había pasado en su ausencia, pero no sería en ese momento, tenían clases y seguramente llegarían tarde si continuaban viéndose fijamente.

Las horas de clase comenzaron, pero, aquella escena mañanera no podía salir de la cabeza del azabache, aún pensaba en todas las posibilidades que eso implicaba, aún que, había algo de lo que estaba seguro, no cedería tan fácilmente.
Debido a lo inmerso que estaba en sus pensamientos, no escuchó cuando el profesor le llamó para leer un enunciado en inglés, la materia que peor se le daba.

- ¡Señor Tomioka! ¿Me está escuchado? Necesito que acate la indicación - reprendió el profesor y como era costumbre, toda la clase se giró a verlo, odiaba eso y sus nervios incrementaron, no sabía en qué oración se quedó y no tenía ni la menor idea de cómo se pronunciaba todo lo que estaba en su libro de texto, tragó en seco, pensando en lo que podía hacer para salir de esa.

- Disculpe profesor, resulta que Tomioka-san se siente mal hoy, su amigo me comentó que estaba afónico por un problema en la garganta, así que ¿Está bien si yo continúo la lectura? - la sorpresa de Giyuu fue mucha al reconocer la voz de Kochō, lo había defendido y el profesor le creyó, dejándolo tranquilo, siendo ella quién leyó el enunciado y la clase siguió de manera normal.

"¿Qué acaba de pasar?" Se preguntaba, no entendía por qué ella pretendía ser mejor persona con el; sus palabras de el día anterior eran solo para sacar lo que sentía, pero no esperaba que surtieran efecto y no se veía siendo amigo de Iguro o de Sanemi. Su mente solo pensaba en eso y sin darse cuenta, el descanso para comer había llegado, sintiéndose obligado a salir de sus pensamientos y mirar la cajita envuelta que Kochō le había dado por la mañana, aún se cuestionaba mucho en sí debía abrirla, por lo que espero a que su amigo llegará a recogerlo y comieran en la azotea.

- ¿Crees...qué sea buena idea comer lo que cocinó? - interrumpió la plática de Sabito a la cual no estaba prestando ni la más mínima atención.

- ¿Quieres qué lo pruebe yo primero? Aún desconfío, pero, puede que sea verdad que intenta cambiar - se encogió de hombros, desatando el nudo del pañuelo y abriendo en bentō, revelando un almuerzo realmente apetecible, arroz que estaba acomodado para lucir como gatitos, con queso como orejitas y pedazos de rábano en tiritas como bigotes, también había vegetales al vapor y como proteína, pollo con salsa Yakitori, se veía realmente delicioso.