⌒. ·˚༘✧ Sorry, really i'm sorry ೃ࿔ [ Giyuushino ] ◌ ⁺ ˖˚

04

Aquel día había sido tan extraño para el joven azabache que no se explicaba el por qué, en el fondo sabía la respuesta pero no lo admitiría.
En la hora del descanso, no comió con su amigo Sabito como de costumbre, se quedó en el aula, mirando por la ventana, era un día nublado y eso hacia que su estado de ánimo fuera peor.
No prestó mucha atención a todo lo que los profesores decían en sus respectivas clases y tomaba nota de algunas cosas para que se notará que estaba poniendo atención, aún que fuese mínima.
Pronto, a escasos minutos de salir, el profesor asignando de la clase llegó al aula, buscando un alumno dispuesto a dejarle las tareas a Kochō y fue así que Tomioka sin pensarlo dos veces y casi como si fuese un reflejo, se ofreció, siendo el designado para entregar las tareas a la joven mariposa.

El sonido de la chicharra resonó en el instituto, salió casi corriendo ya que se había olvidado de un pequeño detalle y era que el no sabía la dirección de Shinobu; pronto su mente pensó que podría preguntarle a Kanao o a Mitsuri, pero, se declinó por Kanao.

- Uh...Tsuyuri-san - rascaba su mejilla del nerviosismo, pero logró captar la atención de la menor, quien solo lo miró, esperando lo que sea que tuviese que decirle. — ¿Me...darías la dirección de Kochō-san? Por favor, debo llevarle los deberes de hoy - iba al grano y eso tomo por sorpresa a Kanao, pero, asintió, sacando una libreta pequeña con ayuda de su acompañante, cierto chico de cabellos granate y apunto la dirección, dándole el papelito con una leve sonrisa. — Te lo agradezco, nos vemos - se despidió haciendo un ademán con la mano; leyó la dirección con atención, vivía un poco lejos, pero, a pie serían al menos 20 minutos y 15 si iba corriendo, por lo que no perdió más el tiempo.

Su respiración era acelerada y sus manos comenzaban a temblar, en su transcurso a casa de la mariposa, no pasó por su mente como le daría los trabajos o como entraría a aquella casa, en su mente se abofeteaba por olvidar algo fundamental; tocó el timbre y una adorable anciana fue quien le dejo pasar, guiándolo a la habitación de Shinobu. Algo de lo que se había percatado era que la casa estaba silenciosa y reinaba un habiente de melancolía, pero no pensó que darle más importancia valiera la pena.
La señora más mayor tocó la rosada puerta del cuarto, anunciando que tenía una visita, recibiendo una respuesta de parte de Kochō, que contestó como si estuviese llorado, pero, su corazón dio un respingo cuando la vió parada en la puerta con los ojos rojos y con unas enormes ojeras, no pudo evitar relacionarlo con un problema; ella no se quedó atrás, en cuanto lo vió, se lanzó a sus brazos, dándole un abrazo con fuerza, sus sollozos estaban acompañados de balbuceos incomprensibles, Giyuu sabía lo que se sentía tener el corazón roto de la amargura y tristeza, pero sobre todo, sabía que el silencio y consuelo servía mucho en esos momentos antes que hablar de lo sucedido, por lo que se limito a corresponder el gesto, acariciando desde la cabeza de la más bajita, hasta su espalda, brindándole el calor que necesitaba.

— Ya, vamos, suelta lo todo, no te contentas, si no tienes fuerzas descontar lo que pasó, no lo hagas - susurraba de forma tranquila, transmitiendo ese sentimiento a la femenina, que aún que su llanto era más asonante, poco a poco se calmaba, levantando la mirada para verse fijamente. Una sonrisa sincera se dibujo en los labios del azabache, mientas acariciaba la mejilla de su compañera, pero era increíble que sus ojos reflejarán la misma melancolía que transmitan los orbes de Shinobu.

— Yo...quiero decirte que pasó, pero solo si quieres escucharme - sorbía su nariz, secando sus lágrimas con la mangas de aquel suéter de pijama enorme que tenía.

— Si eso te hace sentir mejor, te escucharé - entrelazó su mano con la de Shinobu y por primera vez, tuvo miedo de romperla, era tan frágil y suave, que no podía evitar pensar en eso.

— Mi hermana...Kanae falleció...- hizo una pausa, bajando la mirada y soltando la mano del azabache, llevando ambas a su rostro. — Ella padecía de epilepsia, no logré escucharla cuando sonó el botón que presionaba cunado tenía un ataque, estaba profundamente dormida y fue hasta que nuestra nana se percató, que corrimos a su cuarto, pero...aparte de que se ahogaba por morder su lengua,  ella de camino al hospital, tuvo un derrame cerebral...no pude salvarla...- terminó su relato.

La epilepsia puede ocurrir como resultado de un trastorno genético o una lesión cerebral adquirida, como un traumatismo o un derrame cerebral.
Se caracteriza por la aparición de actividad eléctrica anormal en la corteza cerebral, que provoca ataques repentinos caracterizados por convulsiones violentas y pérdida del conocimiento.

Giyuu nuevamente conocía ese sentimiento de culpa y miró disimuladamente sus ante brazos cubiertos por la playera de manga larga que llevaba.

— Ella ya había pasado por análisis especial, se supone que habían llegado a la raíz de dónde se producían los ataques para que le dieran los medicamentos específicos y tuviera un mejor tratamiento...por eso iría con nosotros al graduarnos, por eso la podrían conocer - los lamentos y planes que tenían atravesaron el corazón del azabache, supuso que su dolor era similar y sintió la necesidad de hablar de lo que había pasado.

Análisis de Curry: El análisis de Curry es una técnica que toma datos del electroencefalograma y los proyecta en una resonancia magnética del cerebro para mostrarles a los médicos dónde se producen las convulsiones.

— Tú...no eres la única que carga ese pesado dolor...- suspiró, sería la segunda persona que lo sabría, Sabito lo había vivido con el, eran amigos desde que eran infantes. — Cuando tenía ocho años, me enoje por no querer mudarme a la cuidad donde trabajaba papá...hice berrinche, patalee, dije cosas horribles y mi hermana por meterse, también termino dañada por mis palabras - giró su rostro, divisando los cristalinos ojos de Shinobu, escuchándolo con atención. — Decidieron ir a dar un paseo y dejarme solo, para que el coraje que tenía se pasará y para que cuando ellos volverán, estará más abierto a la idea de irnos. Pero no volvieron, iban distraídos y tuvieron un accidente automovilístico. Ellos murieron por mi culpa...si yo no hubiese sido cruel con ellos, si solo hubiese podido abrazarlos y despedirme...y-yo - sus ojos se cerraron con fuerza, tenía un nudo en garganta y todo pasó al sentir los cálidos brazos de la mariposa alrededor de el, acogiendolo con dulzura.

— ¿Estuviste solo todo esté tiempo? Por eso te afectaba la crueldad con la que te trataba..mperdóname - las lágrimas volvían a brotar de sus ojos. 

— Si...Uh, de vez en cuando los padres de Sabito se pasaban a verme, por eso siempre fuimos muy cercanos, solo el sabía todo lo que pasó - no se atrevería a contarle su manera de desahogar su dolor, simplemente terminaron abrazados, intentado buscar calidez en sus corazones lastimados; así paso un largo tiempo hasta que se dieron cuenta del tiempo transcurrido.

— ¿Quieres cenar? Cuando llegaste solo te abrume con mis problemas, déjame invitarte ¿Si? - el azabache solo asintió; ambos bajaron a la cocina, con las manos entrelazadas.

Una nueva clase de luz se hacía presente, ahora estaban ambos, sabían su dolor, pero no tenían palabras para decir "Todo estará bien". El dolor de Kochō era nuevo, Tomioka llevaba arrastrándolo por años, pero al estar juntos, sentían que todo pesaba menos.

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