cuatro.

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Buenas Marian, ¿todo bien? Yo más o menos porque tuve una pesadilla que me hizo levantar muy mal.

Era raro, no sé cómo explicarlo. Texturas, tal vez. Estaba tirado en mi cama, pero mi habitación no era mi habitación, era un agujero negro. Tadeo no estaba, Baco y Manu tampoco. Cuando quise salir de la pieza no podía, porque estaba trabada la puerta, entonces me quedaba solo en la oscuridad.

Hoy tengo que salir a comprar un par de cosas al centro, pero me da un poco de cosa porque no desayuné porque se me cerró el estómago cuando me desperté y no me iba a poner a morfar si no tenía hambre.

Ahora es al revés, hago desde Dorrego hasta Alem, y afortunadamente no viene lleno. Logro sentarme y ponerme los auriculares para mirar al suelo mientras mentalmente cuento las estaciones restantes hasta llegar a mi destino.

Malabia. Se sube la muchacha, pero viene acompañada por un chico más alto que ella. Vienen de la mano. Debería dejar de mirar, parezco re chusma y la verdad es incómodo, pero siento que tengo que seguir mirando, ¿está bien lo que hago? No sé, decime vos.

Sus manos no se sostienen con fuerza, es como que se agarran por compromiso, no por convicción. A una sola persona le agarré la mano con convicción, y así quedé. Bueno, volviendo a la secuencia que te contaba: Ella no lo mira a él ,y él no la mira a ella, es como que están sin estar, eso es feo.

Pasteur. Recién ahí me mira ella, y me mira con un brillo apagado, casi que opaco. Sale más por un tirón de él del vagón que por motus propio, y eso un poco me enojó, por no decir bastante. ¿Qué le costaba decirle "che, bajamos acá"?

Ahora me bajo yo en Callao para comprar las cosas  y retirar otras que los chicos me pidieron con mucho amor. Me usan de mula a veces, igual está todo bien porque sé que me están pidiendo un favor y no que me están forreando, pero al principio desconfiaba mucho por ya sabes qué.

Estoy poniendo en práctica eso de hablarle a la gente, como me dijiste vos en la sesión de hace como cuatro meses. Es re difícil, a veces me agarra esa sensación de que me pica el cuerpo por dentro y me rasco para detener esa cosa que me ataca y me termino lastimando, pero por suerte no me pasa tan a menudo. Me meto una vez a la semana o una vez cada dos en un starbucks a comprar algo, ahí es cuando hablo con gente que no conozco. A veces tartamudeo, otras solo transpiro, otras me rasco y en otras ni siquiera emito sonidos y salgo casi corriendo del lugar.

El problema es que, con la gente que conocía de antes, no tengo impedimento alguno, pero después de la situación y la enredadera nefasta no puedo relacionarme con terceros nuevos,¿me explico? Me agota, me agota de sobremanera, y a veces no lo sé controlar.

Callao. Ya estoy volviendo a casa. Auriculares puestos porque el viaje de vuelta está apretado, mucho más que hace unas horas. ¿Conseguir asiento? Sueño de muchos y realidad de pocos. Estoy parado, otra vez.

Pasteur. Ella. Subió sola esta vez y está llorando de nuevo, ¿Debería repetir el gesto del auricular o ya agotamos por completo aquel cliché barato de película noventosa? No sé, de todas formas sería incómodo compartir auricular teniendo gente en el medio.

Pueyrredón. Ahí descomprime un montón el subte porque combina con la línea H. Se queda estática mientras todo a su alrededor se mueve, así es como me siento yo a veces. Se sienta mientras yo la observo con suavidad y esperemos que una marcada sutileza. No quiero delinearla con mis ojos, mucho menos con mis manos, solo quiero entender cómo nunca antes le presté atención si me la cruzo todo el tiempo. Ahora su cara se encuentra entre sus manos, las cuales se encuentran en sus piernas, y el lagrimeo es mucho más intenso.

Yo creo que un poco la entiendo, yo también lloré mucho en el subte y nadie me ayudó, pero no sé si es conveniente que alguien te ayude si no sabes si lo querés. 

Anderson .Paak en mis auriculares y una canción muy tranqulizadora, no sé si querrá escucharla siquiera. Me acerco tembloroso para novedad de nadie y me siento a su lado. Ella no se percata de mi reciente movimiento y pienso que lo mejor sería volver a mi asiento. 

"¿Qué escuchamos hoy?" preguntó sorbiendo su nariz y tapando su cara lagrimeante disimuladamente con su pelo.

Le quiero decir cuál es la canción y por qué me gusta tanto, pero me castiga la vida al no dejarme emitir sonido alguno. Creo que me entiende, me parece que entiende que no puedo hablar por más ganas que tuviera, así que agarra el auricular que a mí me colgaba del cuello y lo colocó en su oreja libre. 

"Me gusta, me gusta." dijo luego de un minuto y algo sin hablar. "¿Cómo se llama?" 

Me limito a sacar el celular y mostrarle lo que decía el reproductor de Spotify. Me da vergüenza la secuencia, realmente muero de ganas de hablarle, pero no me sale.

"'The Bird' de Anderson .Paak..." anota en su celular. "Bien, te robo este artista, está copado."

Malabia. Sonríe y gesticula un gracias dulce antes de bajar.

Dorrego. Me bajo y compro cerca de casa un sánguche de milanesa gigante porque tengo un hambre voraz.

Tengo sueño, pero quiero escuchar música. Apuesto todo a que me voy a dormir mientras suena una canción linda y que compartí hace unas horas de fondo.

🥀🥀🥀

Chulis chulis.

No sé, me gusta esta historia, sobretodo porque lagrimeo ahre.

Alto bueno el Anderson .Paak y re linda esa canción, recomiendo#

𝐥𝐢𝐧𝐞𝐚 𝐛 - 𝐰𝐨𝐬Where stories live. Discover now